Tres artefactos explosivos fueron lanzados el lunes contra una base militar en la ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, sin que se registren víctimas, informó el ejército.
“Continúan las operaciones militares que permitan identificar a los responsables de este acto terrorista y con la revisión en las instalaciones de la unidad militar y sus alrededores para descartar la presencia de cualquier artefacto”, detalló el ejército en un comunicado.
La primera hipótesis de las autoridades apunta como presunto responsable al Ejército de Liberación Nacional (ELN), considerada la última guerrilla activa del país y con la que el gobierno suspendió las negociaciones de paz en enero de 2019 luego de un atentado contra una escuela de policía que cobró la vida de 22 cadetes.
En la zona también operan las disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que no se acogieron al acuerdo de paz firmado hace cinco años entre esa guerrilla y el Estado colombiano.
Según el gobierno, los recientes ataques contra sus bases obedecerían a una estrategia de presión armada de los grupos ilegales para demostrar su capacidad territorial y en respuesta a capturas y destrucción de laboratorios de cocaína.
Se trata del segundo ataque con explosivos registrado en el país en 24 horas.
El domingo un carro bomba fue detonado cerca de la estación de policía del municipio de Padilla, Cauca, al suroeste del país, dejando tres personas heridas, ninguna de gravedad, informó la Defensoría del Pueblo. Las autoridades señalaron como presuntos responsables a las disidencias de las FARC.
En Cúcuta las autoridades permanecen en alerta y durante el fin de semana han realizado operaciones de desactivación de manera controlada de varias cargas explosivas en la ciudad.
El mayor general Herman Bustamante, director de Seguridad Ciudadana de la Policía, indicó en un video difundido el sábado a la prensa que los explosivos desactivados fueron dejados por “los grupos terroristas después de haber lanzado algunos contra la subestación de policía Ye de Astilleros”, un hecho ocurrido el viernes y en el que dos uniformados resultaron heridos.
Elizabeth Dickinson, analista senior para Colombia de International Crisis Group, explicó a The Associated Press que uno de los objetivos de los ataques tiene que ver con la consolidación de su “posición dentro de los territorios” en medio de la reconfiguración política debido a que en marzo se escogerá un nuevo Congreso y en mayo al presidente de la república.
En el caso del ELN, dijo Dickinson, es una forma de enviar un mensaje a los candidatos presidenciales para ver qué posición toman y qué tan dispuestos están a reanudar los diálogos de paz.
“Nos preocupa mucho la ola de violencia por el impacto que puede tener sobre las elecciones, en el sentido en que en algunas zonas no van a lograr salir a votar, algunos candidatos les ha tocado pedir permiso a grupos al margen de la ley para hacer campaña”, agregó Dickinson.
La policía de Cúcuta ofreció una recompensa de hasta 25.000 dólares por información que permita la captura de los expertos en explosivos del ELN y las disidencias de las FARC.
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