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Al momento de escribir La revolución que no vieron venir, advertí que el gobierno de Javier Milei tenía un futuro incierto. El de los dos caminos ineludibles del éxito y del fracaso. Sin embargo, la primera posibilidad estaba asociada, exclusivamente, a las posibilidades de aplicar su programa. La segunda, también de forma exclusiva, al triunfo de un eventual boicot de las corporaciones prebendarias.
Es decir, no había ninguna posibilidad de fracaso ante el escenario eventual que Milei logre consolidarse y poner en marcha su programa de reformas. Lo que sucedió ayer fue un paso importante en este sentido. La Cámara de Senadores aprobó la Ley Bases, que no es otra cosa que un intento de recuperar la senda propuesta por la Constitución Nacional. Ese camino que llevó al país a ser una potencia, con el PBI per cápita más alto del mundo. Lo que también pasó ayer es que Argentina comenzó a alejarse del recetario estatista y dirigista, que destruyó ese país rico dejándolo con más de un 50% de pobres.
Con esta normativa, que se trata de lo más ambicioso que se puede conseguir con la conformación parlamentaria actual, se podrán privatizar algunas empresas, se crearán nuevos empleos y desembarcarán en el país más inversiones externas. Los capitales argentinos, muchos de los cuales están en el exterior o en el “colchón”, también tendrán incentivos para apostar por la inversión y la creación de riqueza.
El año próximo, con un nuevo esquema de fuerzas políticas en el Congreso, el oficialismo (que tendrá indudablemente más senadores y diputados) seguramente se aprueben iniciativas más ambiciosas. Ante las restricciones que tiene el gobierno en la actualidad, lo que se logró ayer se trata de un óptimo indiscutible.
Como era de esperar, el mercado reaccionó de forma positiva ante la novedad. El Riesgo País cayó 60 puntos, las acciones argentinas treparon un 6% en Wall Street y bajó el dólar. Nadie puede llamarse a sorpresa. Otra novedad que trajo certidumbre es la renovación del swap chino y la confirmación de la reunión entre Javier Milei y Xi Jinping.
En los últimos días, el ministro de Economía, Luis Caputo, ya había adelantado que con la aprobación de la Ley Bases se pensaba reducir el Impuesto País (heredado del kirchnerismo), lo que se trata de un paso más en la dirección de la salida del cepo cambiario. Esta semana, el mismo Milei confirmó que ya está prácticamente solucionado el problema de los pasivos remunerados del Banco Central. La apertura del mercado de cambios significará otro envión para la economía nacional. A diferencia de años anteriores, donde todas las iniciativas eran de “emparche” de un modelo fallido, Argentina comienza a construir bases sólidas y sustentables.
Por lo pronto, la aprobación del denominado Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), ya parece ir confirmando el desembarco de importantes emprendimientos. “Estamos muy optimistas por los efectos de esta ley y próximamente estaremos anunciando inversiones”, informaron esta mañana desde Pampa Energía.
De esta manera, el oficialismo comienza a tener herramientas para implementar su plan de gobierno, aunque sea, modestamente. De repetir un buen resultado en las elecciones de medio término de 2025, las reformas que se consigan en el parlamento serán mucho más profundas. Elon Musk, en la víspera de la votación de anoche, aseguró en una conferencia que si Milei consigue las herramientas, Argentina experimentará un proceso de crecimiento, como no se vio en el último siglo.
//MARCELO DUCLOS PARA PANAM POST//