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Antonella Marty es una reconocida intelectual argentina liberal, conferencista, politóloga e internacionalista. “Los hechos demuestran que donde hay mayor libertad económica hay mejores salarios y una mayor calidad de vida”, subrayó en su contacto con Dinero. Estuvo en Santa Cruz para presentar su libro ‘Capitalismo: Un antídoto contra la pobreza’.
_Desde el Gobierno boliviano hablan de ‘neoliberal’ como una mala palabra ¿Cuál es la diferencia entre liberal y neoliberal?
La idea o concepto de neoliberalismo es una palabra que utiliza la izquierda, el socialismo, el comunismo para referirse al liberalismo de una forma peyorativa, identificándolo con algo que no es liberal. Porque muchas de las medidas aplicadas en los 90 y a las que se refieren fueron privatizaciones que se realizaron con corrupción, clientelismo, financiamiento con presión tributaria y mayores impuestos.
Entonces, el neoliberalismo es un mercantilismo, no es el liberalismo. Es una palabra que utiliza la izquierda para desprestigiar.
_Como estrategia, los gobiernos populistas siempre buscan enemigos, entonces ¿a qué se enfrenta este movimiento liberal en Argentina?
Sí, los populistas siempre buscan enemigos internos como los empresarios y los medios de comunicación y los externos que son la globalización, el mercado, EEUU, el imperio.
El personaje caudillista, el mesías siempre encuentra un enemigo para culparlo por los males que se generaron por malas políticas. Eso se puede observar en Argentina con Alberto Fernández y la familia Kirchner, con una vicepresidenta como Cristina que goza de impunidad. Entonces, por ello precisamos en América Latina una justicia objetiva e independiente que nos sirva para ponerle límites a los políticos que quieren adjudicarse roles o tareas que no les competen.
En Argentina vivimos una situación complicada porque estos políticos nunca viven de la forma en la que dicen pensar, recaen en hipocresía. Siguen llenando a los ciudadanos de trabas, redistribución de riqueza que castiga a los empresarios que son los que generan riqueza y empleos.
_Hablando de redistribución de riqueza, ¿hacen daño los bonos y subsidios que fueron criticados en su país?
Los bonos rompen con la dignidad humana, hacen que la persona sienta que no es capaz de salir adelante por sí misma e ingresa en una relación tóxica con el Gobierno. Se vuelve dependiente de un Gobierno que reparte y te da migajas. Al final, los beneficiados son los políticos que reparten. Hay una frase que me gusta: “El populista te quiebra las piernas, te da muletas y te dice que sin él no puedes caminar”.
Entonces, el gobierno populista necesita que uno sea pobre porque viven de ello.
_¿Por qué cuesta tanto seducir con el movimiento liberal si ha sido exitoso, genera riqueza y los países tienen mejores índices de desarrollo humano?
Nos cuesta mucho en América Latina porque tenemos una visión del Estado mesiánico. Vemos al Estado o la persona que encara el Estado como un líder que debe crear y aumentar el tamaño del Estado. Y esa es una de las grandes trabas, le entregamos demasiado poder. Entonces, estamos en una encrucijada en la que el poder aumenta y es más difícil sacarlos del poder.
Debemos dejar de endiosar a los políticos y empezar a celebrar a los empresarios, emprendedores, no solo los de traje, pensemos en el ferretero, la panadera, el que genera trabajo, empleo que lo hace para salir adelante con dignidad humana. Debemos empezar a celebrar el éxito en vez de destruir y demonizarlo.
_ ¿Por qué se les perdona la corrupción a los gobiernos populistas?
Mire Argentina, Cristina Fernández tiene muchas causas de corrupción y hoy es vicepresidenta. Un modelo que encarnó a la corrupción y volvemos a caer porque estamos en una relación tóxica, uno normaliza ese tipo de sucesos y acontecimientos. Y del otro lado, no hay un incentivo para dejar de robar porque la justicia no es independiente. El que es corrupto no es castigado.
Se dice que los errores de la derecha hacen que se fortalezca la izquierda…
Se retroalimentan constantemente los populismos de derecha y de izquierda.
_Si se ha visto en qué situación económica está Venezuela ¿por qué se sigue optando por esa corriente populista?
Generalmente no aprendemos de experiencia ajena y hasta que no lo vivimos no provocamos un cambio. Por ejemplo, en Brasil la alternativa de la derecha no cumplió las expectativas y está Lula, que estuvo preso por corrupción, otra vez a punto de asumir el poder porque apela a la figura mesiánica
Aclaro, el liberal no es de derecha ni de izquierda. Nunca aceptará una dictadura sea del corte que sea. El liberalismo es ponerle límites a quienes nos gobiernan.
//FUENTE: EL DEBER//