Almagro no incurrió en un delito por su romance con una subalterna: pesquisa

Una investigación externa determinó que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, mostró mal juicio al sostener una relación romántica con una empleada más joven, pero que no la favoreció en cuestiones salariales ni con decisiones personales, según una copia de la revisión a la que The Associated Press tuvo acceso.

Las conclusiones sobre el comportamiento de Almagro aparecen en un reporte de 121 páginas que se entregó el lunes a los Estados pertenecientes a la OEA. Y aunque el documento no lo absolvió de todos los señalamientos, Almagro afirma que pone fin a un tema que ha dividido a los gobiernos regionales y amenazaba con distraer al organismo promotor de la democracia de su misión.

“En todo momento actué con la máxima transparencia, poniendo primero los intereses de la organización y respetando las normas”, dijo Almagro en una respuesta de 10 páginas que se incluyó con el reporte. Una persona compartió una copia del documento con la AP bajo la condición de mantener el anonimato debido a que el reporte aún no se hace público.

La investigación comenzó después de que la AP revelara en octubre pasado que Almagro, de 59 años, sostuvo una prolongada relación con una colaboradora mexicana 20 años más joven que él, una relación, que si bien fue prácticamente pública, era considerada por algunos integrantes del organismo con sede en Washington como un regreso a una época de machismo desenfrenado en un lugar de trabajo.

La pesquisa, realizada por el despacho de abogados Miller & Chevalier con sede en Washington, responsabilizó a Almagro por permitir que la mujer — a quien la AP no identifica por su nombre a solicitud de la OEA — se autodenominara “asesora” del secretario general, a pesar de que no le reportaba directamente él y de que ese título estaba reservado a un puñado de colaboradores.

La mujer también acompañó a Almagro en 42 de los 92 viajes oficiales que realizó durante los casi cuatro años que duró su relación, dando la impresión, tanto al interior como al exterior de la organización, de que era una colaboradora confiable que gozaba de trato preferencial.

“La investigación externa reveló que el secretario general estaba al tanto de esto y no tomó medidas para evitar que esta percepción siguiera creciendo”, indica el reporte.

Sin embargo, la investigación no halló pruebas de que Almagro influyera en los aumentos salariales de la mujer, que eran proporcionales a las evaluaciones positivas de su rendimiento, algunas de ellas anteriores a su relación con Almagro.

Además, según los investigadores, la pareja tomó las “debidas precauciones” para no infringir ninguna norma, e incluso presentó en marzo de 2022 una declaración de conflicto de intereses en la que se afirmaba que su relación no obstaculizaba sus obligaciones laborales. Poco después rompieron y la mujer tomó una licencia sin goce de sueldo.

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