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Un movimiento de tierras en la zona Irpavi II ocasionó que varias vizcachas se queden sin su hábitat por el trabajo de aplanamiento del cerro que cumple un tractor en la zona. Por ese motivo, activistas del movimiento Pro-Pacha, con apoyo de otros voluntarios y expertos biólogos, rescatan a los animales y reubican en otro espacio.
El director ejecutivo de la organización, Guillermo Mallea, informó que hablaron con la propietaria del terreno para que les permita realizar un registro del lugar y, en lo posible, rescatar a las vizcachas para trasladarlas a otro cerro distante del primero. Es así que los trabajos con maquinaria pesada continúan, pero “con cautela” para evitar dañar a los animales.
“Nosotros decidimos actuar por nuestro lado, convocando a diferentes instituciones (…), se hizo todo un equipo multidisciplinario para elaborar una estrategia para rescatar a las vizcachas. Este es el quinto día de trabajo, estamos revisando para hacer la evacuación de las vizcachas”, sostuvo Mallea.
Convocaron a las autoridades para que apoyen en este caso, y acudieron Pofoma y la Secretaría de Medio Ambiente de la Gobernación de La Paz, sin embargo, su apoyo no fue suficiente, ya que argumentaban que no tenían tuición para actuar en este tipo de casos.
Agregó que se busca preservar la vida de estos animales y como es difícil capturarlos, se busca dirigirlos a través de una especie de corredor que formaron, para que vayan hacia otros cerros.
“Hemos hecho como una especie de corredor camino, que es como un circuito que estamos creando para que en el momento en que escapen las vizcachas, las dirigimos hacia los cerros que están más alejados y ahí puedan iniciar nuevamente su vida, porque sabemos que ahí viven otras vizcachas”, explicó.
La vizcacha andina es un roedor ágil, parecido al conejo de esta región, tanto en la postura como en las orejas alargadas. Este mamífero habita, por lo regular, en las sierras del país, así como también en regiones de Perú, Ecuador, Chile y Argentina.
Apenas alcanza los 50 centímetros de altura, pero puede pesar hasta ocho kilos, además de que cuenta con un pelaje abundante y suave.
Desde que la ciudad se extendió hacia los cerros de la zona Sur, su hábitat resultó afectada y esa situación obliga a sus ejemplares a retroceder y buscar nuevos ambientes.
//FUENTE: PÁGINA SIETE//