“En Pando, he visto plantaciones de coca en los municipios de Bolpebra, Puerto Rico, Bella Flor y en Santa Rosa del Abuná. No son extensos, pero hay y no son legales. Algunos productores llevan a vender su coca a Cobija”, afirma Néstor Ruiz Quispe, secretario general de la comunidad “Natividad Amaturi”, de Nueva Esperanza.
En esa zona del municipio pandino de Santa Rosa del Abuná, autoridades identificaron recientemente plantaciones ilegales de coca. Y, según comunarios, no son las únicas. Cocales clandestinos se extienden en cuatro municipios de Pando sin que las tareas de erradicación ingresen a esas regiones.
En Los Yungas, de La Paz, está la zona tradicional de cultivo de la hoja milenaria, aunque en el gobierno también se legalizó la coca del Chapare. Por lo que las plantaciones fuera de esas regiones son consideradas ilegales, según la Ley 906.
Según proyecciones de las Naciones Unidas, los cultivos de coca en Bolivia se aproximan a las 30 mil hectáreas. De acuerdo a la Oficina de la Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc), los cocales ya superaron las 29.400 hectáreas en 2020. El Gobierno estima destruir 10 mil hectáreas ilegales este año.
En el Chapare los cocaleros pueden cultivar hasta 7.700 hectáreas y en Yungas hasta 14.300. Pero hay plantaciones en otras regiones del país que no son registradas por el Gobierno ni por organismos internacionales.
Comunarios erradicadores
Ruiz cuenta que hace más de cinco años llegó a la comunidad de Nueva Esperanza una pareja proveniente del Chapare que comenzó a cultivar coca en terrenos de su propiedad, pese a la oposición de la comunidad.
En octubre pasado, tras un ampliado de emergencia, los habitantes emitieron un voto resolutivo rechazando los cocales de Hugo R.M. y su esposa Marina C. C. Al siguiente mes los comunarios nuevamente se reunieron para inspeccionar y erradicar los cultivos.
“A las 10:05 del 24 de noviembre empezamos la erradicación de las plantaciones ilegales y cual fue nuestra sorpresa cuando nos encontramos con una plantación de coca en parte limpia y otra entre matorrales, la cual también ha sido erradicada. La situación se hará conocer a las autoridades policiales para su respectiva investigación”, se lee en el acta de la asamblea.
Ese día la labor comunal de erradicación no concluyó por temor a enfrentamientos. “Siendo a las 12:03 procedimos a salir del lugar sin concluir nuestro trabajo porque todo un grupo (otros comunarios) estaban alistándose para agredirnos, por lo que los policías nos han pedido diálogo”, dice el acta.
Tras la resistencia en la tarea de erradicación, la comunidad Nueva Esperanza presentó la denuncia en la Policía y posteriormente a la Fiscalía de Cobija; pero el caso no avanzó.
“La comunidad en su integridad procedió a realizar la limpieza e inspección a la parcela que fue recuperada de los expulsados Hugo. R. M. y su esposa Marina C. C., pero grande fue nuestra sorpresa cuando encontramos otras plantaciones ilegales de coca”, se lee en la denuncia presentada a la Policía.
“No eran muchas hectáreas (de cultivo). Para denunciar nos apoyamos en la Ley 906 que dice que las plantaciones de coca solo deben estar en Chapare y Yungas”, afirma el dirigente Ruiz.
La Ley General de Coca N° 906 en sus artículos 15, 16 y 17 expone las zonas permitidas para la producción “originaria y ancestral” de la hoja milenaria. Menciona a diferentes provincias de La Paz y Cochabamba, sin incluir a otros departamentos.
“La zona no autorizada es aquella que se encuentra fuera de la delimitación de las zonas autorizadas de producción de coca. Queda prohibida la producción en la zona no autorizada, sujeta a erradicación por el Ministerio de Gobierno”, precisa el artículo 17 de la norma.
Del Chapare a Pando
El denunciado Hugo R.M. tiene antecedentes penales por el delito de transporte de sustancias controladas en el Tribunal de Sentencia de la provincia de Carrasco, en el trópico de Cochabamba. La sentencia fue ejecutoriada en el 25 de mayo de 2016, según el Registro Judicial de Antecedentes Penales de Pando al que tuvo acceso Página Siete.
“Ese caballero tiene antecedentes de narcotráfico en el trópico y por eso desconfiamos. ¿Qué pasaría si hace cultivos más grandes? Llegó a Pando con esa intención. Sabemos que en 2010 ingresó a otra comunidad con una arroba de coca que los comunarios destruyeron. Por eso lo denunciamos”, dijo Ruiz.
Hallan coca y marihuana
El caso, de conocimiento de la Fiscalía, fue derivado a sustancias controladas. El fiscal asignado al caso, Ignacio Condori, y otros funcionarios realizaron una inspección el 7 de febrero.
“Los comunarios aseguraban que procedieron a la erradicación de los cocales. Entonces, fuimos a realizar una inspección con personal de la Digcoin (Dirección General de la Hoja de Coca) y de Umopar”, dijo el fiscal de sustancias controladas.
En el lugar evidenciaron rastros de cultivos de coca y también de marihuana que habían sido eliminados, pero surgían nuevos brotes. “Haciendo cálculos, las plantaciones cubrían una hectárea y media. Había marihuana y coca”, asegura Condori.
Anoticiado del tema, el viceministro de Coca y Desarrollo Integral, Juan Pablo Jove, viajó hasta Cobija para verificar si existían cultivos ilegales.
“En tareas de control social, los comunarios erradicaron la coca para evitar que avancen a sus tierras. En ese contexto expulsaron al señor (Hugo R. M.). En La Paz vamos a coordinar con Digprococa (Desarrollo General de Desarrollo Integral de las Regiones Productoras de Coca) para hacer la visita”, afirmó Jove el 10 de marzo.
“Hay más cocales en Pando”
Ruiz insiste que Nueva Esperanza no es la única comunidad pandina donde hay cultivos ilegales de coca. Identificaron plantaciones también en Bolpebra, Puerto Rico y Bella Flor.
El dirigente está convencido de que las hojas que producen no están destinadas al acullicu “por su desagradable sabor”, por lo que teme que se convierta en materia prima para el narcotráfico. El caso de la comunidad Nueva Esperanza fue el único denunciado formalmente en la Fiscalía de Sustancias Controladas de Cobija. Sin embargo, el fiscal Condori asegura que también hay quejas de cocales que se extienden en la comunidad Mukden de Bolpebra.
//FUENTE: PÁGINA SIETE//