Entierran a victimados de Pucamayu; no se descarta trasfondo de narcotráfico

En medio del dolor y pedidos de justicia, las víctimas asesinadas en Pucamayu, Villa Tunari, fueron despedidas ayer en el Cementerio General de Cochabamba. Alrededor de las 14.00, llegaron los cuerpos de los hermanos Thadhashy y Auristela Liza Loroña M. Poco después, arribó el cuerpo de Carlos Román M., militar en reserva activa. Por su parte, la familia de Trinidad Muñoz P., esposa de Thadhashy, habría optado por la cremación. En cuanto a la quinta víctima, identificada por la Policía como Cristian Serna C., su cuerpo estaba siendo buscado en la comunidad de Pucamayu, colindante con Colomi. Hasta el cierre de esta edición, no se había recibido información sobre el resultado.

El martes 19 de noviembre, el viceministro de Régimen Interior y Policía, Jhonny Aguilera, confirmó desde el municipio de Colomi que las cinco personas “secuestradas” en Pucamayu fueron asesinadas y enterradas en esa población. Ese día, se logró el rescate de los cuerpos de Thadhashy, su esposa, su hermana y el militar, amigo y colega de la hermana, quienes se encontraban en una fosa común. Ya al anochecer, el equipo compuesto por policías y personal de la Fiscalía dejó el lugar, sin tiempo para realizar la búsqueda de la quinta víctima. El comandante de la Policía de Cochabamba, Edson Claure, informó ayer que una comisión especializada, conformada por funcionarios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), Bomberos y canes que realizan la búsqueda de restos, ingresó a la comunidad con referencias sobre el posible lugar de sepultura del cadáver.

Según la versión oficial, Cristian S. y Thadhashy viajaron el 12 de noviembre a Pucamayu, donde fueron “retenidos” por comunarios bajo la acusación de una presunta estafa. Se habría ofrecido la venta de armamento, con uno de ellos haciéndose pasar por militar, y a cambio, pagaron 27.800 bolivianos.

Thadhashy llamó a su esposa, Trinidad, pidiéndole que consiguiera esa suma para su liberación. Ella, a su vez, contactó a su cuñada, Auristela Liza, quien a su vez llamó a su amigo Juan Carlos para que las acompañara. Aunque la situación fue comunicada a la Policía en Sacaba, según el viceministro, fueron los familiares quienes “desoyeron” las recomendaciones de los uniformados e ingresaron al lugar, donde fueron secuestrados.

Según la declaración del único detenido en el caso, Ernesto A. Ch., la indignación de la gente surgió al descubrir que varios de los involucrados eran militares o tenían vínculos con esa institución. Aguilera explicó que el contacto entre Cristian y Ernesto se produjo durante los bloqueos en Parotani, donde los comunarios de Pucamayu estaban presentes. Allí, Cristian, alegando ser militar, habría ofrecido armas de fuego.

La familia de Thadhashy, al denunciar el secuestro, afirmó que él era taxista y que había sido contratado por Cristian, quien decía ser militar, pero aseguraron que no tenía conocimiento de la supuesta oferta de armas. Por su parte, el abogado de la familia del militar Juan Carlos Román, Lurwyn Ledezma, considera que el trasfondo de este caso va más allá de la presunta venta de armas y podría estar relacionado con el narcotráfico.

En ese sentido, el viceministro Aguilera mencionó que en la zona se han encontrado plantaciones de marihuana, lo que también está siendo objeto de investigación.

En cuanto a las muertes, existen otras órdenes de aprehensión para personas presuntamente vinculadas al quíntuple asesinato. Entre los involucrados se encuentran el padre de Ernesto, Juan A. S., así como Sergio P., supuesto dirigente de la zona, Juan C. y otro hombre cuya identidad aún está en proceso de confirmación, pero que sería un “nuevo afiliado”. Ernesto se encuentra bajo detención preventiva en la cárcel de San Sebastián.

Las familias de las víctimas piden justicia y el esclarecimiento del caso.

  • ///FUENTE: DIARIO OPINIÓN///