La desesperanza, ansiedad, inseguridad, el rápido cambio social, la violencia y los riesgos de una violencia extrema, son algunos de los problemas que afectan la salud emocional y física, la interacción social y los valores culturales de una sociedad.
Lo que nos está pasando en Bolivia supera con creces los límites de la racionalidad, de la lucha política por el poder y de las disputas internas de un partido político.
La ciudadanía en general está siendo víctima, de la construcción del NARCO ESTADO Boliviano, que se vino estructurando desde el año 2003 y que muchos se hicieron de la vista gorda, porque sin estar en el negocio, aprovecharon una coyuntura económica favorable, generada en democracia y despilfarrada en dictadura, pero que al ser manejada por mafiosos mediocres y sin experiencia de la cosa pública, ha hecho aguas en todos los ámbitos.
El término narcoestado o narco economía es un neologismo económico y político que se aplica a aquellos países cuyas instituciones políticas se encuentran influenciadas de manera determinante por el poder y las riquezas del narcotráfico, cuyos dirigentes desempeñan simultáneamente cargos como funcionarios gubernamentales y miembros de las redes del tráfico de drogas narcóticas ilegales, amparados por sus potestades legales.
Construir el narcoestado del que hoy somos víctimas todos lo bolivianos, le demandó al MAS varios años, con medidas ejecutivas, parlamentarias y decisiones políticas de fondo, que llevaron, inclusive, a constitucionalizar la hoja de coca.
Cambiaron la Ley 1008 que penalizaba la coca excedentaria y la sustituyeron por la Ley 906 de nacionalizacion de la lucha contra el narcotrafico, que eleva de 12.000 hectáreas legales permitidas a 22.000 ha, sin ningun tipo de estudio, y convierte la zona del Chapare en territorio legal para la plantación de coca, y crea el control social ejercido por los sindicatos de productores de coca, aplicando una “erradicación consensuada” a los cultivos excedentarios que convierte a esta zonas como “renovables y de por vida” las plantaciones de coca.
Como consecuencia de esta ley, la superficie excedentaria cayó y se invirtieron las estadísticas de 35% en La Paz y 65% en Cochabamba, a 72% en La Paz y apenas 28% en Cochabamba. A partir de esta reclasificación empezaron los conflictos con los productores tradicionales de coca de Los Yungas. ¡Qué forma elegante de legalizar el narcotrafico!
La erradicación consensuada definida en la ley, les ha dado un poder despótico a los sindicatos dirigidos por Morales sobre sus propios compañeros; poder que debilitó la autoridad del Estado, impidiendo las acciones de interdicción y provocando en esas “zonas rojas” la proliferación de fábricas y laboratorios para la elaboración de cocaína.
Las vergonzosas imágenes que vimos en la “toma de cuarteles militares” es una consecuencia directa del poder de los cocaleros y la debilidad del Estado.
La ampliación de la superficie autorizada por ley, incorporó a 18 municipios bajo la influencia directa de la producción de coca.
Es difícil saber exactamente el impacto económico del narcotráfico, las fuentes varían debido a la ausencia de instituciones que manejen seriamente las estadísticas; algunos hablan de que significa el 41% de las exportaciones legales.
La federación de cocaleros del Chapare tiene 49.500 afiliados; es decir, 49.500 unidades productivas, lo que involucraría alrededor de 113.000 personas que trabajan en la coca, lo que equivale al 5.2% de toda la mano de obra ocupada en el area rural del país. Los afiliados a los sindicatos cocaleros del Chapare están sujetos al chantaje y extorsion de los dirigentes que mantienen un control férreo sobre sus afiliados.
La magnitud de la influencia del narcotráfico en la sociedad es inmensa, ya que un narcoestado involucra a muchos sectores de la sociedad en su negocio: la producción, el transporte, la comercialización, la provision de insumos precursores, servicios financieros y grupos de acciones violentas; esto sin contar los efectos nocivos como el incremento de la violencia, la criminalidad organizada, la corrupción el incremento de la informalidad y la trastocacion de valores en la sociedad.
Bolivia se ha convertido en el refugio de los grandes carteles de la droga como el PCC, el Comando Vermelho de Brasil, las FARC y el ELN y otros grupos europeos, sudamericanos y mexicanos, que participan directamente en los bloqueos y acciones delictivas de los cocaleros en los bloqueos.
La imagen del narcotráfico en el país ha cambiado, no solo por su mayor magnitud, sino también por el uso de métodos más violentos, la presencia de cárteles se refleja en la mayor frecuencia de hechos criminales reportados por la prensa, las evidencias sobre el incremento de la violencia criminal, de la desestructuración social en las zonas cocaleras y del poder territorial de los grupos ligados al narcotráfico, debido al crecimiento de esta actividad en el país.
Debemos tener claro que esa visión de campesinos que protestan por una reivindicacion justa es errónea y esconden el carácter criminal del negocio y su vinculación con la economía capitalista.
Como me decía mi entrañable compañera Susana Seleme, “los sindicatos del Chapare han sucumbido hace mucho a la mercantilización capitalista como fuerza primaria de un negocio criminal transnacional”.
El fenómeno de expansión del narcotráfico en Bolivia no se ha dado por el poder de la demanda del consumo en países desarrollados, sino que responde a la aplicación de determinadas políticas gubernamentales impulsadas por el MAS, lo que confirma a Bolivia como un narcoestado, hoy no se respetan las zonas productoras tradicionales de cultivo de coca, los sembradíos se han extendido a los parques nacionales, a los parques departamentales, a los departamentos de Santa Cruz y Beni, se encuentras plantas de refinación de clorhidrato de cocaína en el altiplano de Oruro, en el Alto de la Paz, en comunidades de Potosi, en sintesis han contaminado todo el país con el narcotráfico.
Esta es la razon de fondo de los bloqueos, las mafias del narcotráfico no pueden quedar fuera del juego politico el 2025 con su candidato y para eso no les importa la talla moral de este, los delitos que ha cometido, lo abominable que es como ser humano, y en eso coinciden sus aliados internacionales, el grupo de puebla, los gobiernos dictatoriales, a la mafia no le interesa la democracia, la libertad, la justicia.
La relativización de la moral en los dictadores y sus acolitos, es repugnante.
- GUIDO ÁÑEZ MOSCOSO
- EXDIPUTADO NACIONAL, EXMINISTRO DE ESTADO. ASILADO POLÍTICO.
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