Cuando la alimentación significa derechos

“El derecho a la alimentación y a un futuro mejor” Es el objetivo preciso de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). Este derecho fundamental todavía está lejos de ser garantizado para millones de personas, en un contexto global de quien ve el hambre, la desnutrición y las crecientes desigualdades alimentarias. Los datos más recientes, de hecho, pintan un panorama alarmante. Aproximadamente 733 millones de personas en el mundo padecen hambre. De estos, muchos viven en situaciones de inseguridad alimentaria crónica, agravado por conflictos armados, cambio climático y crisis económica.

Entre los menores de cinco años, el 23% sufre de raquitismo o crecimiento insuficiente para su edad, esto no solo afecta su salud presente sino que también compromete su desarrollo futuro.

El derecho a la alimentación, está estrechamente vinculado a la posibilidad de acceder a una nutrición correcta y suficiente,  pero para 2,8 millones de personas en todo el mundo, esta posibilidad está fuera de su alcance. A esto se suma un problema de desigualdad de genero: la mujeres tiene un 1,3% más de probabilidades que los hombres de encontrarse en condiciones de inseguridad alimentaria, diferencia que refleja la vulnerabilidad de las mujeres, que muchas veces son las principales responsables de la nutrición familiar, en contextos de pobreza y crisis económica.

Junto al problema del hambre, emerge el de la desnutrición en sus diversas formas. En el mundo, 2.500 millones de adultos y 47 millones de niños menores de cinco años tienen sobrepeso, mientras que aproximadamente 890 millones son obesos.

Esta paradoja, en la que conviven el sobrepeso y la desnutrición, pone en relieve una crisis en todo el sistema alimentario: por un lado, están quienes no tiene acceso a alimentos suficientes para alimentarse, por el otro, se encuentran consumiendo alimentos pobres en nutrientes pero con un alta densidad calórica. Las deficiencias de vitaminas y minerales son otro aspecto de la desnutrición que afecta desproporcionadamente a mujeres y niños.

Más de 1,600 millones de mujeres y niños sufren falta de micronutrientes esenciales, una situación que debilita il sistema inmunológico y aumenta la vulnerabilidad a las enfermedades.

Esta situación invita a reflexionar contra las causas estructurales de la crisis alimentaria mundial, señalando los conflictos armados, el cambio climático y la pobreza extrema.

Casi la mitad de las personas que padecían hambre aguda en 2023 vivían en territorios devastados por la guerras o las guerrillas, estos conflictos destruyen las infraestructuras agrícolas y obstaculizan el comercio de alimentos. El cambio climático también afecta a los más pobres por los bajos rendimientos de los campos descertificados a los que se suman eventos climáticos extremos como sequías o inundaciones.

  • RODOLFO FAGGIONI
  • PERIODISTA Y CORRESPONSAL EN ITALIA. MIEMBRO EFECTIVO DE PRENSA INTERNACIONAL
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