Cuentan las crónicas del 12 de octubre de 1492, que el grumete Rodrigo de Triana divisó tierra en el horizonte, produciéndose lo que recoge la historia como el descubrimiento de América, acontecimiento que se encuentra perfectamente documentado y que en líneas generales fue el fenómeno que cambió el curso de la historia de la humanidad. De éste episodio trascendental se han tejido versiones diversas, algunas que recientemente han servido para alimentar bulos en una suerte de odio, resentimiento y enemistad (que busca eliminar la historia a partir de la destrucción y vandalismo en contra de edificios y monumentos), sobre lo cual valdrá la pena analizar ¿hacia dónde están dirigidos?
El 3 de agosto del año 1492, desde el Puerto de Palos, provincia de Huelva, España, tres carabelas se hacían a la mar en búsqueda de lo desconocido. La Pinta, La Niña y La Santa María. Hicieron aguada en Islas Canarias, para después de aprovisionarse y permanecer algunos días reparando y acondicionando las embarcaciones, internarse mar adentro, probablemente con una idea distinta a la que finalmente terminaría aconteciendo.
Para la época, llegar a tierras lejanas de Oriente resultaba contradictorio conociendo el poderío naval de las civilizaciones orientales, tres pequeñas embarcaciones serían presa fácil para ellos, por lo que se cree que Cristóbal Colón tenía en mente que, del otro lado, rumbo a occidente, podía hallarse algo que cambiaría la historia del mundo conocido.
Cristóbal Colón es uno de los personajes históricos más conocido en los cinco continentes, gracias a que fue el primer Capitán de una expedición que cruzó el océano Atlántico y volvió para contarlo. Nació en Génova, en 1451, dentro de una familia de comerciantes y marineros, gracias a lo cual a sus 14 años se trasladó a Portugal, adquiriendo experiencia en navegación. Los relatos de Marco Polo acerca de las riquezas del Este y su avidez por conocer los trabajos acerca de geografía marítima de la época, influyeron en sus proyectos futuros.
La idea de llegar a la India por occidente se había planteado anteriormente, aunque se hablaba también acerca de los peligros que encerraba el hacerlo. Eran los propios marineros quiénes se daban a la tarea de contar historias de tormentas, olas gigantes que se tragaban embarcaciones enteras, monstruos marinos, entre otras que no hacían sencillo encontrar a quienes estuvieran dispuestos a emprender la travesía.
Se cree que el matemático florentino, Paolo Toscanelli dal Pozzo, había elaborado un mapa con una ruta alternativa que conducía a la india por el Atlántico, por lo que hay quienes aseguran que Colón tuvo accesos a ese documento. Durante la época resultaba imperioso contar con rutas alternativas, debido a que en 1453 el imperio bizantino había sido conquistado por los turcos del imperio otomano, cortando la circulación terrestre y marítima de la ruta de la seda. La ruta comenzó a ser controlada por los turcos, quienes extendían permisos sólo a unos pocos europeos que podían comerciar por su zona, excepto durante los enfrentamientos bélicos, que resultaban ser muy frecuentes.
Los nuevos impuestos y las condiciones desfavorables para el transporte, obligaron a depender de intermediarios, lo que trajo como consecuencia el rápido incremento de los precios. El acceso a las especias resultaba una de los mayores problemas, debido a la importancia que tenían muchas de ellas en la conservación y el sabor de los alimentos, así como el uso medicinal. Ocurrió lo mismo con las sedas, pieles de animales, perfumes, tabaco, entre otros productos que eran bastante codiciados en Europa y que se habían visto completamente restringidos.
Cristóbal Colón tenía una magnífica idea, pero necesitaba convencer a alguien que estuviese dispuesto a financiarla. En 1483 se entrevistó con el Rey Juan II de Portugal y sus asesores, quienes se encargaron de señalar que se trataba de una verdadera locura, debido a que por aquel entonces se practicaba la navegación de cabotaje, además que las embarcaciones portuguesas dominaban el cabo de Nueva Esperanza y tenían absoluto control sobre el mar Indico, por lo que no estaban interesados.
En 1485, ante la repentina muerte de su esposa, Cristóbal Colón se fue a vivir a la Corona de Castilla, donde reinaba Isabel la Católica y Fernando II de Aragón. Tras mucha insistencia, finalmente pudo reunirse con la reina, aunque la corona se encontraba mucho más preocupada en la guerra de conquista de Granada, por lo que lo instaron a que esperase a que aquella cuestión diera por finalizada, debiendo esperar pacientemente los próximos siete años.
Finalmente, para 1492, los reyes decidieron financiar el viaje de Colón, dejando claramente establecido los detalles en las Capitulaciones de Santa Fe, del 17 de abril de 1492. El problema comenzó cuando no encontraban marineros que quisieran embarcarse en tan peligrosa misión. Fue entonces que Colón conoció a Martín Alonso Pinzón, junto a sus hermanos Francisco y Vicente que fueron los que organizaron el viaje, consiguiendo dos carabelas: La Pinta y La Niña, y una nao llamada: La Santa María, que originalmente se llamaba La Gallega. Consiguieron además tripulación que en su mayoría era andaluza, cántabra o vasca.
Todo estaba dispuesto para comenzar el primero de los cuatro viajes que Cristóbal Colón realizaría al Nuevo Mundo. Cuando comenzó el viaje, él estaba muy seguro de hacia donde debía dirigirse, por lo que tras tomar rumbo oeste, dejó que los vientos alisios se encargaran de sus velas. Muchos se preguntan todavía en la actualidad, si el levantamiento de la carta de navegación se hizo desde cero o ya existía alguna, que el navegante hubiese conseguido con anterioridad.
Este acontecimiento en las últimas décadas ha desatado una serie de controversias a partir de la aparición de grupos de personas y colectivos sociales que alimentan una narrativa apocalíptica, cargada de sofismas e interpretaciones antojadizas debido a las cuales “exigen” reparación por el daño provocado. En este punto, vale la pena considerar la enorme contribución alcanzada gracias a la eclosión de ambos mundos, de cuyas bondades goza y disfruta absolutamente todo el planeta.
Cristóbal Colón es una figura de gran importancia debido al impacto que provocó el encuentro de dos mundos que en origen eran diametralmente opuestos y con el paso del tiempo se fueron complementando hasta llegar al presente, independientemente de múltiples versiones y teorías que se empeñan en desvirtuar el rol protagónico que tuvo éste, siendo innegable que Colón marcó un antes y un después en la historia universal, aspecto que sólo puede atribuírsele a contados personajes que son referente de la humanidad.
- CARLOS MANUEL LEDEZMA VALDEZ
- ESCRITOR. DOCENTE UNIVERSITARIO. DIVULGADOR HISTÓRICO. MIEMBRO DE LA SOCIEDAD DE ESCRITORES DE BOLIVIA.
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