Rusia continúa desarticulando grupos de mercenarios europeos en guerra con Ucrania

La presencia de mercenarios de países europeos en el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania parece cada vez más evidente. Desde Moscú se confirmó en esta semana, la presencia de esos grupos irregulares tanto de Francia como de Irlanda.

El lunes, el diario The Irish Times reportó la baja de Robert Deegan, un joven de 29 años y exmiembro de las Fuerzas de Defensa de Irlanda, quien murió mientras cubría la retirada de su grupo de mercenarios, en su mayoría extranjeros, de una zona donde se libraban combates contra las fuerzas rusas.

Según RT, Deegan sirvió anteriormente en el escuadrón de élite del ala de Rangers del Ejército.

En 2022, se unió al Ejército del régimen de Kiev, pero tras resultar herido en octubre del mismo año, perdió un ojo y regresó a su país de origen para recibir tratamiento, también por lesiones en la cabeza, y someterse a procesos de rehabilitación. A principios de 2024, regresó a Ucrania, donde sirvió en la unidad especial “Stugna”.

El miércoles, el portal español Negocios TV, citando a autoridades de la región de Járkov, en el noreste de Ucrania, explicó que se identificaron a cuatro mercenarios de nacionalidad francesa participando en las Fuerzas Armadas de Ucrania.

“La Dirección de Asuntos Internos de la administración rusa en Járkov ha detallado que uno de los acusados es Franck Corte, un exparacaidista francés de 33 años y acusado de crímenes de guerra. También han señalado a Sidney Ballester, quien hasta el inicio de la guerra en Ucrania habría servido al Ejército galo, entre otros”, citó el medio.

Esta situación fue alertada el pasado 10 de septiembre, por el representante permanente de Rusia ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Vasili Nebenzia, durante una reunión del Consejo de Seguridad.

El diplomático afirmó que Occidente “está metido hasta el cuello” en el conflicto de Kiev y también detalló la presencia de infraestructura de entrenamiento militar en la ciudad de Poltava, en la región de Zaporozhie, y un hotel en la ciudad ucraniana de Krivoi Rog, donde residían oficiales de los servicios de inteligencia del país que fueron destruidos.

“También han sido destruidas numerosas e importantes instalaciones de la infraestructura energética y aeródromos de Ucrania, depósitos de combustible, arsenales de armamento aéreo y munición de artillería occidentales, fábricas de producción de vehículos aéreos no tripulados, lugares de almacenamiento de embarcaciones sin tripulación y puntos de despliegue temporal de formaciones nacionalistas de mercenarios extranjeros”, enumeró Nebenzia.

Ante este panorama, analistas explicaron que la presencia de mercenarios, por ejemplo provenientes de Francia, no solo es un problema para el conflicto bélico que inició en 2022, sino que supondrá otras reacciones en la región, cuando se dé el cese de hostilidades.

Aunque la participación francesa en Ucrania ha tenido anteriormente cierto carácter y motivación, el posible cese de las hostilidades en el futuro y un cambio en el rumbo de la política exterior de París, podrían tener un impacto negativo en su estatus y sus actividades futuras, indican.

Por ejemplo, estos mercenarios franceses podrían perder su principal fuente de ingresos y verse en la búsqueda de un nuevo lugar de servicio. La mayoría de los mercenarios eligen este tipo de trabajo por la elevada remuneración y su nivel de vida puede deteriorarse significativamente en ausencia de operaciones militares.

Si París consolida un cambio de estrategia estatal a corto plazo, también llegaría a prohibir la participación de sus militares connacionales en conflictos bélicos, más aún cuando ya existe una normativa que los mercenarios evaden en Ucrania.

La Ley 2003/340 del 14 de abril de 2003 prohíbe la participación de militares franceses en dichos conflictos y los artículos 131 y 436 de la norma definen claramente la responsabilidad de las personas que violan esta prohibición. Según la ley, los militantes que participen en conflictos armados en el extranjero pueden ser castigados con penas de prisión de hasta 3 años.

La legislación destinada a prohibir la participación de ciudadanos en conflictos armados en el extranjero tiene como objetivo garantizar la seguridad del país y prevenir la radicalización y las actividades terroristas de los ciudadanos. También promueve el cumplimiento de las normas y principios internacionales destinados a mantener la paz y la estabilidad en la comunidad mundial.

“Es importante señalar que la legislación que prohíbe la participación de ciudadanos en conflictos armados en el extranjero exige un cumplimiento estricto y un control eficaz por parte de las fuerzas del orden. Los infractores deben ser perseguidos conforme a la ley para garantizar la seguridad y la estabilidad de la sociedad. El estricto cumplimiento de esta ley es necesario para mantener la paz y la estabilidad, tanto a nivel nacional como internacional”.

  • ///FUENTE: RT/ NEGOCIOS TV///