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ESTEBAN BURGOA
Las elecciones nacionales, y en menor medida, las elecciones departamentales y municipales se encuentran cada vez más cerca en el calendario nacional, fácilmente se puede percibir como todos aquellos que se consideran que son elegibles a un puesto de poder dentro del aparato estatal están en la labor de realizar alianzas, participar en eventos públicos, grabar videos y reels en redes sociales, etc, en post de obtener la atención de los que serán los votantes en las siguientes elecciones.
En el caso de aquellos que ya ostentan un cargo público, se apresuran a realizar obras públicas, para de esta manera tener muestras tangibles de que hicieron gestión durante su mandato.
Es de conocimiento público que el gobierno central y los gobiernos subnacionales en todo el país, insisten en su necesidad de acceder al crédito para poder realizar proyectos en favor de la población, siendo que nos encontramos en un contexto donde la economía se encuentra en caída libre y por lo pronto no parece dar señales de que en el futuro inmediato algo vaya a mejorar, es por esto que considero una irresponsabilidad el querer endeudarse en la situación presente y dado de que hablamos del estado, en cualquier situación posible.
Los políticos proceden a endeudarse de manera negligente, saben que el peso de la deuda no cae en su bolsillo, sino en la del contribuyente, y probablemente ellos mismos no deberán lidiar con las consecuencias de sus decisiones, dado que será el siguiente en la fila del poder el que deberá dar explicaciones por gestiones anteriores, por otro lado, el dinero recabado en esta práctica termina dirigido a proyectos muchas veces innecesarios y con una calidad casi siempre criticable, habiendo algún desvió por corrupción en el proceso y con el enriquecimiento ilícito de nuestras autoridades a costa de los ciudadanos.
Aunque por obvias razones el ciudadano común llega a creer que el mejor político es el que más hace, no es esto necesariamente así, como está escrito en el famoso libro del “Principito”, “Lo esencial es invisible a los ojos”, hay una mayor tarea y responsabilidad en realizar gestión en aquellos ámbitos donde los resultados no pueden ser claramente designados a algún político, cosas como la política económica, la política exterior, la negociación de tratados comerciales, la desburocratización, etc, no se asemejan a obras como un puente o una plaza pero con seguridad generan más beneficio a la población.
Es necesario que el ciudadano dirija su atención a aquello que es verdaderamente importante, las ideas y la estructura de las propuestas políticas, es allí donde se encuentra la verdadera solución a los males que aquejan a nuestra nación ya por dos siglos, no debemos dejarnos enceguecer por supuestas muestras de valentía como cierto ministro realizó en un teatro reciente o por algunos hechos de fiscalización, que aunque plausibles, no son sinónimo de contar con un plan práctico que lleve a Bolivia al camino hacia el progreso.
Los hombres pasan las ideas quedan, y los políticos enarbolan cualquier bandera por unas migajas de poder, si queremos reconocer una persona verdaderamente capaz de realizar algo en favor de la nación debemos buscar lo siguiente: alguien de verdadera convicción, que incluso cuando sus ideales estaban en declive se quedo firme en lo que pensaba, una persona con un plan o un norte para comenzar a solucionar las décadas de problemas que vamos a heredar del MAS y por último una persona con profundidad e ideas, que se aleje del típico político que muchas veces parece participar mas en un reality show que en el ejercicio del poder nacional.
Los gobernantes son reflejo del pueblo que gobiernan, bolivianos es momento de madurar.
ESTEBAN EDUARDO BURGOA CARDOZO
Director Ejecutivo Generación Bicentenario
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21