FABIÁN FREIRE

Donald Trump ha sido condenado por el poder judicial americano por el delito de “fraude”. Esto ha afectado gravemente a la reputación del candidato republicano, pero como él mismo ha dicho, “será en noviembre cuando el pueblo dicte su veredicto”. Esta es otra movida “sucia” de parte de la gente de Joe Biden para evitar el retorno de Trump a la Casa Blanca.

En Estados Unidos, los ámbitos de poder más influyentes siempre estuvieron en contra del expresidente, tanto el poder judicial como el colegio electoral, altos mandos militares o personalidades del partido republicano; esto porque Trump no es el típico político americano, defiende otras ideas y toma diferentes actitudes. Estos “comportamientos innovadores” no van acorde con las cúpulas de poder tradicional, pero son necesarios para que Estados Unidos mantenga su fuerza en la geopolítica global y pueda seguir siendo considerada la potencia más grande del mundo.

Si bien a Trump muchos lo acusan de autoritario, es innegable que ha resuelto en muchos campos el problema de la inmigración ilegal, ha potenciado a su industria nacional, ha colaborado fuertemente con la paz mundial y le ha puesto un alto al poder creciente de China.

En 2020, las elecciones de Estados Unidos fueron muy controversiales, fue el voto por correo que determinó al ganador. Las votaciones tomaron una forma híbrida, los que fueron a las urnas le dieron el triunfo parcial a Trump, pero la cantidad de gente que optó por el voto por correo determinó el triunfo de Biden.

Es evidente que el sistema electoral americano es fiable y fuerte, no por nada es de los pocos que puede darse el lujo de optar por el voto por correo, algo que en Bolivia es inimaginable. Pese a este prestigio, Trump salió a denunciar un fraude masivo y sus partidarios terminaron “tomando” el Capitolio, algo nunca visto, pero que fue una estrategia política totalmente innovadora en el contexto americano. Ahora la pregunta sobre si hubo fraude electoral en Estados Unidos es muy compleja, no es una evidencia como vendría a ser el caso en países como Bolivia o Venezuela.

El sistema electoral americano es fuerte, es fiable y es independiente, pero la gente que controla este poder, así como muchas otras personalidades dentro del poder americano, son enemigos de Trump; sumado a esto, el voto por correo es una práctica poco fiable, peor aún si éste define una elección. Como dije previamente, es un tema muy complejo.

Como bien dijo Trump, el veredicto lo emitirá la gente en noviembre. Si todo sale según lo proyectado, el triunfo de Trump será evidente. Menos de 4 años de Biden le han significado al mundo y a Estados Unidos una época de mucho caos. Parte de la situación global actual es culpa de la administración Biden, que no ha sabido actuar correctamente. Estados Unidos por primera vez en mucho tiempo ha mostrado debilidad en la geopolítica mundial, no ha sido capaz de proteger a sus aliados y su liderazgo es cada vez más cuestionado. Actualmente el mundo atraviesa una situación muy delicada, la guerra está presente en Europa del Este y también en Medio Oriente. Si Irán hubiera entrado en una guerra con Israel, estaríamos en una situación límite. Es posible que China opte por atacar a Taiwán pronto, lo cual significaría un antes y un después en el poder de Estados Unidos, poder debilitado gracias a Biden y su gente.

En lo personal, soy partidario de Trump, es un líder que siempre me ha gustado desde que ha entrado en la carrera electoral. Su forma de inspirar el patriotismo americano e impulsar a su industria nacional son de admirar, sumado a que ha instaurado el orden en país, reduciendo la criminalidad y el desempleo. Espero que Trump vuelva pronto a la Casa Blanca, su liderazgo es fundamental para el mundo y para recuperar la anhelada paz y estabilidad.

FABIÁN FREIRE
Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21