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FABIÁN FREIRE
Bolivia está hundiéndose en el caos económico, es innegable que la crisis se hace sentir con cada vez más fuerza. Muchos sectores de la economía están siendo golpeados y queda claro que la respuesta del gobierno es nula, algo incomprensible sabiendo que el futuro de Bolivia está en juego.
El gobierno de “Luchito” sigue con el mismo discurso de siempre, “estamos saliendo adelante”; pero ahora al menos reconocen que hay ciertos problemas en algunos sectores de la economía. Sin embargo, no basta con decir que “hay ciertos problemas”, hay que tener “los pantalones” para admitir la existencia de una crisis y sobre todo de tomar medidas para luchar contra ésta. No obstante, el gobierno nada ha hecho para combatir la crisis, sus acciones en cambio parecen buscar la quiebra inminente de nuestro país.
Toca que el gobierno de “Luchito” cambie totalmente su política económica, el modelo socialista ha quebrado a nuestro país, ha matado a los emprendimientos nacionales y ha despilfarrado todos nuestros recursos. No es posible seguir ni un solo día más con estas políticas económicas, deben ser “erradicadas” lo más rápido posible, en caso contrario, la crisis aumentará considerablemente. De no actuar pronto y el gobierno seguir con “su mala voluntad”, serán las familias bolivianas las que paguen las consecuencias de la incompetencia gubernamental.
Estamos en un momento clave de la historia de Bolivia, esta crisis puede llegar a ser incluso peor a la vivida en la década de los ochenta. Es fundamental actuar y tomar las medidas adecuadas, sino Bolivia podría estar a nada de convertirse en otra Venezuela.
Lo primero que debe hacer el gobierno es reconocer la existencia de una crisis, para enfrentar un problema hay que reconocer que existe, sino no se podrá tomar las medidas idóneas. El gobierno sigue dando excusas y no admite la existencia de la crisis, con ese tipo de acciones los bolivianos terminaremos pagando las consecuencias.
El MAS deberá dar un giro total a su modelo económico, no es posible seguir con sus políticas actuales; antes de la ideología, está el amor a la nación y el deber con todos los bolivianos de hacer lo necesario para preservar el bienestar de Bolivia. La mala voluntad del gobierno actual muestra cómo el amor al país no está presente dentro del masismo, algo que era evidente desde el primer día. El socialismo siempre atentará contra el bienestar nacional; sin ir lejos, el MAS ha destrozado la institucionalidad, ha endeudado masivamente al país y ha atentado contra la nación boliviana con su modelo “plurinacional”.
En este momento clave, el MAS deberá tomar acciones de emergencia, si no se actúa a tiempo, todos lo terminaremos lamentando. “Luchito” tiene el deber ante la patria de acabar con el modelo masista y empezar a aplicar políticas para evitar el crecimiento de la crisis. Basta de despilfarro, basta de burocracia, basta de trabas a los privados nacionales en todas sus escalas, basta de endeudamiento y basta de negar la crisis. Estamos hablando de un quiebre total de Bolivia, una crisis que puede llegar a ser traumática en todos sus ámbitos, una situación que empobrecerá a todos los bolivianos y podría causar un antes y un después en nuestra historia. Nadie quiere que terminemos como Venezuela, pero, desgraciadamente, de no actuar a tiempo este podría ser nuestro futuro.
Es evidente la mala voluntad del gobierno, es incomprensible que sigan pensado que Bolivia está en una situación de estabilidad, estamos peor que nunca y de seguir con el socialismo todo se pondrá peor.
El deber del gobierno es buscar el bienestar de la nación boliviana y sus ciudadanos, es hora de tomar acciones, no de buscar excusas.