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GUIDO AÑEZ
La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 17 reza:
1.- Toda persona tiene derecho a la propiedad individual y colectivamente y
2.- Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.
Este artículo fue incluido como reacción a las atrocidades del Holocausto, cuando se confiscaron las propiedades de los judíos y otras personas y fueron a parar a manos de oficiales nazis.
Nuestro país es hostil a la idea de la propiedad privada como un derecho humano fundamental a pesar de ser signataria de este tratado.
Desde el año 2006 han sido varios los intentos del gobierno del MAS por restringir, controlar y regular la propiedad privada.
Lograron hacerlo con las propiedades rurales donde las restricciones son terriblemente draconianas y no te garantizan la seguridad jurídica sobre tu derecho propietario. La mayor parte de la tierra corresponde a propiedades comunitarias, toda la tierra que es del Estado, solo puede ser dotada para propiedad comunitaria, los privados tienen que demostrar que cumplen la función económica y social periódicamente, y no está asegurada la propiedad definitiva de ninguna propiedad agrícola o ganadera por ley.
Los intentos de controlar la propiedad privada urbana son reiterados ya han sido rechazadas varias leyes y decretos y el Gobierno ha sido obligado a retroceder porque al ser Bolivia un país urbano y con sectores de clase media con capacidad de movilización en defensa de sus intereses, le frustran los planes gubernamentales de controlar todo.
¿Lo intentaran de nuevo? ¡Sí, seguro! porque es parte de su plan político, ellos saben que no van a poder abolir la propiedad privada, pero necesitan controlar la sociedad a través de sus movimientos económicos.
No se dan cuenta que los países exitosos en el mundo son aquellos que protegen y promueven el respeto a la propiedad privada, a la libertad de comercio, al desarrollo y apoyo a los sectores pequeños, medianos y grandes empresarios; sin embargo, el masismo en sus dos versiones, se jacta de hacer crecer el Estado, de la economía estatal sin darse cuenta que la crisis que tiene Bolivia y que tiende a profundizarse es, precisamente, porque el Estado es grande, ineficiente, corrupto y depredador. Pero para ellos su proyecto político es primero antes que el país.
