–
FABIÁN FREIRE
A todos nos sorprendieron las declaraciones “conciliadoras” del expresidente Evo Morales, en las que propuso realizar primarias con Arce para definir quién sería el candidato del MAS. En caso de él perder, se comprometió a apoyar a “Luchito”; lo curioso es que antes de dar estas declaraciones, Morales “advirtió” que, en caso de permanecer inhabilitado, se armaría una gran convulsión social.
Es evidente que Morales tuvo un cambio radical de actitud en un periodo muy breve, primero habló de convulsiones y después mostró una postura conciliadora. Es claro que Evo no está atravesando su mejor momento, parece que está perdiendo la lucha interna en el MAS, pues cada vez tiene más y más enemigos.
Aún no sabemos qué es lo que sucederá, pero en política las cosas pueden cambiar rápidamente, lo evidente es que Morales desperdició su gran oportunidad contra Arce a principios del presente año, los bloqueos no lograron algo concreto.
Debemos preguntarnos por qué Morales ha tenido estos “cambios de humor de adolescente”, repentinamente; será que está en su hora más baja, será que el Grupo de Puebla, y Venezuela y Cuba están entrometiéndose en nuestra política y decidiendo el futuro de Bolivia, será que busca asegurarse la candidatura de manera pacífica a través de primarias o será que el MAS jamás estuvo dividido y todo fue una falacia.
Lo que me queda claro es que el MAS está totalmente desgastado y más allá de evismo y arcismo, la división es inevitable. Atrás ha quedado el tiempo en el cual los partidos políticos tenían ideologías, directrices y principios claros. Desde que el MNR adoptó su política neoliberal en la década de los ochenta, dejando el “nacionalismo revolucionario”, la “lógica” de partidos políticos fue dejada a un lado; el MIR, ADN y MNR pasaron a adoptar nuevas ideologías políticas y económicas, priorizando “llegar al Ejecutivo”, en detrimento de la ideología y principios políticos. De igual forma, al no contar con mayorías absolutas, muchos de estos partidos pasaron a “pactar” y crear mega coaliciones, lo cual molestó bastante a la población boliviana.
Con la llegada del MAS, el típico modelo de partidos pareció volver a la esfera política. Empero, veremos que esto no es así e incluso que el MAS es la nueva “mega coalición”.
El MAS indudablemente es de ideología socialista, sin embargo, la mayoría de sus militantes no la propugnan y solo le dan el voto por diversas circunstancias. No es un partido con principios claros y definidos, sino que es la alianza de múltiples organizaciones sociales. Dentro del MAS uno encontrará una gran cantidad de grupos que defienden una variedad de ideologías diferentes.
Tenemos por un lado a los socialistas “tradicionales”, después a los indigenistas, movimientos sociales con diferentes intereses, progresistas y grupos de izquierda radical. Es prácticamente un “partido” plenamente heterogéneo, donde conviven grupos que deberían ser antagonistas. Por ejemplo, el sector indigenista es más conservador, defiende los valores tradicionales. El ala progresista del MAS es todo lo contrario, defiende las nuevas “ideas”, como el feminismo, y se ha puesto muy de moda promover la despatriarcalización. De igual forma, hay muchas organizaciones sociales y sindicatos que tienen intereses diferentes, pero “forman parte del instrumento” político.
Cuando hay tantos grupos en el interior de un partido, es inevitable una fractura, más aún en el MAS, donde hay grupos que son antagonistas por excelencia. La respuesta a por qué estos grupos siguen en el MAS es simple, ningún otro partido responde a sus necesidades de manera idónea. Es lo mismo que para el votante promedio del MAS, que no vota por ser “masista”, sino porque ningún otro partido lo hace “sentir cómodo”. No les ofrecen propuestas. Digo esto porque es evidente que no hay militancia en el MAS por “amor a la camiseta”, sino porque no hay opciones políticas que puedan satisfacer a la mayoría de la población.