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JAIME DUNN
Estimado José María,
Seguro has notado lo difícil que se ha vuelto encontrar un trabajo formal, la falta de dólares y los precios que no paran de subir. Estas son señales de que nuestra economía necesita un nuevo enfoque. Durante dieciocho años, quienes nos gobernaron creyeron que quitarles a los extranjeros sus inversiones en Bolivia y controlar la venta de gas natural nos beneficiaría para siempre. Creían que capturar y repartir la riqueza ya existente era la manera de mejorar la economía de todos y luchar contra la pobreza.
Al principio, ese plan pareció funcionar. Pero, igual que cuando alguien toma por la fuerza las frutas del árbol del vecino para venderlas y repartirse la plata, todo parece bien si consigues buen precio y tienes más frutas para el futuro. En nuestro caso, el gobierno arrebató esos frutos, se comió una gran parte y vendió el resto sin pensar en sembrar para después. Ahora, con precios bajos, con la fama internacional de bandido y con menos frutos, el gobierno ha tenido que pedir prestado y agarrarse de todo recurso que pueda para seguir adelante, haciéndonos pensar que todo está bien.
Este enfoque ha dejado poco espacio para que gente como tú y yo podamos progresar. El gobierno quiere hacerlo todo, complicando las cosas para aquellos que no son sus amigos. Intenta quitarles a unos para dárselo a otros, manteniendo silencio cuando sus compañeros cometen delitos, como tomar tierras ajenas o dañan el medio ambiente, porque ellos mismos se benefician de esas acciones. Pero eso no es todo, nos roban a ti y a mí cada vez que cobran sobornos, gastan más de los ingresos que tienen y arman empresas estatales que no sirven, haciéndonos creer que son nuestros salvadores.
Hacen obras y las inauguran como si fuera con su plata. Se burlan de los empresarios y los emprendedores cuando aumentan los salarios a los trabajadores como si las empresas privadas fueran de ellos. Quedan muy bonito para la foto, pero arruinan las pocas fuentes de trabajo formal que existen.
Eso ha causado muchos problemas y por eso su plan de lucha contra la pobreza no ha funcionado. Es más, ahora hay más pobreza que hace unos años. Pero para el gobierno y sus amigos, todo está muy bien.
José María te propongo algo diferente con la economía. En lugar de redistribuir la escasa riqueza existente, unámonos para crear abundancia. Pensemos en plantar más árboles que den frutos para todos. La meta debe ser crear más riqueza, no solo redistribuir lo poco que hay. Si solo redistribuimos, al final no acabamos con la pobreza, solo la propagamos. La clave para realmente tener menos pobreza es crear más riqueza, sin quitarle a nadie para dárselo a otro.
Esto significa abrir más oportunidades para que la gente pueda emprender, invertir y hacer crecer sus negocios sin obstáculos. Facilitar el emprendimiento en lugar de complicarlo. Que la economía se base en lo que podemos hacer como personas, no en lo que el gobierno decida hacer con nuestra plata. Para eso necesitamos un Estado que cumpliendo la ley, proteja nuestra vida, libertad y nuestros bienes.
Requerimos de un gobierno que elimine la burocracia, aligere impuestos y aranceles y abra nuestras puertas al comercio internacional. Que figurativamente dinamite la Aduana Nacional! Que elimine barreras para comerciar, invite a la inversión extranjera y asegure que nadie nos quite lo que hemos construido con tanto esfuerzo. Solo con trabajo, con seguridad jurídica y sin trabas, se crea riqueza.
Es nuestra esperanza que las próximas elecciones nos traigan líderes que, en lugar de ofrecernos un plan anticuado de lucha contra la pobreza, nos propongan un plan para crear riqueza.