FABIÁN FREIRE

Cada día “Lucho” está más empeñado en convertirse en el peor presidente de la historia de nuestro país, de por sí, ya puede ser considerado uno de los peores. Es impresionante cómo en tres años el “compañero” Arce nada ha hecho bien en su gestión y todas sus decisiones muestran su poco amor a nuestra nación, pues en vez de afrontar la crisis, la está agravando. Lo mismo pasa en temas de unidad nacional, en vez de procurar unificar a la nación boliviana, se enfoca en dividirnos más, lo cual es una “traición a la Patria”.

En el manejo de la economía, “Lucho” está agravando la crisis, ha entregado la soberanía nacional y nuestros recursos a los chinos y nos está endeudando cada vez más.

Descaradamente dice que su gobierno es el “gobierno de la industrialización”, pero nuestras empresas nacionales están en su “hora más baja” y las empresas estatales son ineficientes y otorgan un servicio paupérrimo. “Lucho” ha empeorado la situación para nuestros emprendedores nacionales, está guiándonos a una economía totalmente controlada por un Estado fallido, no nos espera más que una catástrofe económica en los años venideros.

Ahora “Lucho” logra que Bolivia ingrese al Mercosur, lo que en una primera instancia parece muy bueno, pero si analizamos nuestra situación, nos daremos cuenta de que es un grave error, que afectará terriblemente a la empresa nacional.

El objetivo del libre comercio (al menos para mí) no es abrir nuestras fronteras y “suprimir” los aranceles, sino ganar nuevos mercados, en los cuales no tendremos desventaja competitiva; lo que el libre comercio debe significar para un país es la obtención de nuevos mercados, sin aranceles, en los cuales nuestros productos sean capaces de competir e incrementar nuestras exportaciones. El problema es que, para competir, se necesitan emprendedores y empresas que sean eficientes y ofrezcan bienes o servicios de calidad.

En Bolivia, las empresas nacionales jamás han podido “despegar” realmente, no son competitivas y tienen severos problemas para poder “seguir” de pie. El problema es evidentemente el Estado, que nunca ha sido capaz de dar condiciones óptimas a los emprendedores nacionales de todo tipo para que puedan “surgir” y progresar. Es por eso por lo que nuestra empresa nacional es tan débil, no tiene condiciones para poder desarrollarse, está, en otras palabras, en un país que la “deja a su suerte”. El trabajo de crecimiento de un país debe ser hecho tanto por el Estado como por las empresas nacionales. Debe haber un trabajo en conjunto para lograr el desarrollo de nuestro país, al final todos buscamos lo mismo, una nación grande y próspera.

Esta situación ha empeorado con la gestión del MAS, que está buscando que la economía sea totalmente controlada por el Estado, sin libertad económica nacional, por un “vulgar comunismo”. El hecho de entrar al Mercosur significará el fin de nuestra empresa nacional, pues no podremos apoderarnos de los nuevos mercados e incluso perderemos el nuestro. Como dije antes, nuestras empresas no son competitivas y no están lo suficiente “maduras” para afrontar el libre comercio. Ser parte del Mercosur significará el fin de la industria nacional, la producción de los demás países (sobre todo Brasil) tiene claras ventajas sobre la nuestra, tanto en términos de cantidad como calidad.

Es sumamente triste ver cómo el Estado “Plurinacional” no apoya a sus ciudadanos, sino más bien busca arruinarlos. Cómo podemos desarrollar nuestras empresas, si el mismo Estado nos pone trabas todo el tiempo.

Apoyo el libre comercio, pero siempre y cuando saquemos ventaja de éste, en caso contrario, sería solo entregar nuestro mercado a empresas extranjeras y “destrozar” a los nuestros, es decir un total fiasco.

*Artículo original publicado en diciembre de 2023

FABIÁN FREIRE
Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21