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FABIÁN FREIRE

“Luchito” está en el momento más crítico de su gestión, prácticamente nada le sale bien; por si fuera poco, los “desastres naturales” y el clima están incrementando la desesperación y la crisis en nuestro país. Todos están contra “Luchito” y hay un pequeño sentimiento sobre que éste no terminará su gestión.

El presidente en sus últimas apariciones públicas tampoco parece estar al “100”, se nota que tanto él como su equipo de trabajo están demacrados por la gestión llevada a cabo. Tanto es así, que ya no le hacen tanta propaganda para que éste logre la reelección, parece que la candidatura de “Luchito” ya no es segura.

Las noticias están enfocadas en las peleas que ocurren dentro del Legislativo, por la aprobación de préstamos externos. La oposición pelea por resolver el tema de las elecciones judiciales y la auto prórroga, mientras tanto el “arcismo” quiere aprobar créditos, lo más rápido posible.

Es oportuno recalcar que si algo se ha tratado ampliamente en el Congreso durante la gestión de “Luchito” es la otorgación de préstamos. Arce y los legisladores del MAS, se han lucido endeudando a todos los bolivianos. Endeudarse tiene sentido si es que haces que tu deuda financie sectores productivos y se convierta en una inversión a largo plazo para la nación. Los endeudamientos del MAS, en cambio, son sinónimo de despilfarro e incoherencia; por su falta de visión y de nacionalismo, están “vendiendo” a nuestra Patria y a sus habitantes a cambio de créditos que son despilfarrados y para nada sirven.

Es impresionante como el MAS no tiene un poco de conciencia ante la situación de nuestro país, en vez “de apretarse” el cinturón siguen y siguen endeudándonos, lo cual nos llevará a una quiebra inevitable.

Pero en toda esta situación de aprobación de créditos, el MAS está mostrando una faceta de desesperación pocas veces vista. Esta situación ha llegado al punto de que grupos de choque masistas han tomado la Asamblea Legislativa y están “obligando” al congreso a aprobar los préstamos, algo similar a lo ocurrido con la elaboración de la actual Constitución Política. La legitimidad de ésta es objeto de otro artículo.

Muchos alegan que este es un golpe al Legislativo, lo cual comparto, cómo es posible que grupos de choque entren al congreso a someter a su voluntad a los legisladores. Es algo inaudito y los promotores de esto deben ser castigados ejemplarmente.

En caso de préstamos aprobados, estaríamos ante una situación de ilegitimidad muy grave y también ante más endeudamiento que solo “compromete” a nuestro pueblo. Más allá del resultado con estos préstamos, la consigna que deben manejar todos los opositores a la gestión actual es ni un peso más de préstamo.

No permitir que se aprueben más préstamos es la acción más patriota que pueden realizar en este momento nuestros legisladores. Basta de endeudar a Bolivia, basta de comprometer el futuro de las nuevas generaciones, basta del despilfarro atroz, basta de políticas económicas inútiles y, sobre todo, basta del modelo masista de préstamo.

Evo Morales fue uno de los despilfarradores más grandes de nuestra historia, pero “Luchito” es mucho peor, sumado a que éste es el maestro demandando préstamos internacionales, los que nos salen caros y para nada útil sirven.

Lo idóneo es que no se apruebe médidas de índole económico en el legislativo, es lo más beneficiosos para el país.

Cada ley hecha por la presente gestión y sus legisladores es un insulto a la nación, estas propuestas son absurdas y van en contra de todos nuestros intereses nacionales.

Al principio de este artículo mencione que el otorgamiento de créditos no es algo malo cuando se tiene un buen destino para el mismo y sobre todo una gestión sólida que sepa que necesita un respectivo país.

En nuestro país este no es el caso, “Luchito” y su “digno” gabinete nos están llevando a la ruina total, están logrando destruir nuestra nación, algo imperdonable e inaceptable.

FABIÁN FREIRE
Columnista en El Diario
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21