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La última semana, el ministro de Defensa, Luis Petri, fue noticia. En la cartera que dirige, el excandidato a vicepresidente decidió que se termine de una vez por todas lo que se conoce como el “lenguaje inclusivo”, que el kirchnerismo trató de instalar con fórceps en todos los estamentos del Estado, la educación y la cultura nacional.
Como era de esperar, la noticia fue celebrada por los partidarios del gobierno y cuestionada por la oposición más ideologizada. Sin embargo, el debate no terminó allí, todo lo contrario. Esta mañana el vocero presidencial Manuel Adorni confirmó que el gobierno decidió prohibir la utilización del lenguaje inclusivo en términos generales en todas las áreas del Estado. Más allá de la buena noticia, lo cierto es que la “prohibición” no es más que la aplicación del lenguaje oficial que tiene para su uso la República Argentina.
Claro que los lenguajes son procesos dinámicos, cuya evolución natural se impone a las normativas y a sus referencias, como la Real Academia Española. Sin embargo, lo que se conoce como lenguaje inclusivo, no tuvo nada de espontáneo, sino que fue diseñado desde la “perspectiva de género”. Este invento, que pone el carro delante del caballo, dejó de lado las premisas evolutivas de la comunicación. Una de ella es lo que se conoce como la “economización del lenguaje”. Es decir, el proceso natural a reducir los esfuerzos e incrementar la simplificación a la hora de comunicarnos. Hablar con la “e” para hacer referencia a los dos géneros, pronunciar la “x” o tener que hacer siempre referencia a los dos géneros, les resultaba engorroso hasta a los partidarios de este engendro progre.
Claro que el hartazgo que esto ha generado no puede sorprender a nadie. Estas cuestiones han sido tema de debate hasta dentro del mismo peronismo. Durante las elecciones pasadas, una conocida militante kirchnerista advirtió en una transmisión que si le seguían diciendo “elle a un gato” iba a ganar Milei. Dicho y hecho.
“Se van a proceder a iniciar las actuaciones para prohibir el lenguaje inclusivo y todo lo referente a la perspectiva de género en toda la administración pública nacional. Por supuesto, ustedes ya conocen los detalles. No se va a poder utilizar la letra e, el arroba, la x y evitar la innecesaria inclusión del femenino en los documentos de la administración pública”, aseguró Adorni en su encuentro matinal con la prensa.
//FUENTE: PANAM POST//