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ANGÉLICA SILES
La Constitución Política del Estado en el Art.168 las y los constituyentes escribimos: “El periodo de mandato de la Presidenta o del Presidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado es de cinco años y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua”. Lamentablemente Evo Morales en su afán de prorrogarse en el poder, realizó un Referéndum consultando al soberano si acepta cambiar el Art.168. El 21 de febrero de 2016 el soberano le dijo NO y gano por 51,3% de votos, Álvaro García dijo que era un “empate técnico” y que los resultados respetarían, Morales el 24 de febrero reconoce la derrota y promete respetar los resultados.
El 21 de febrero de 2017 las Plataformas ciudadanas se movilizaron logrando masivas concentraciones en todo el país exigiendo se cumpla el mandato del soberano. Por el contrario el 28 de noviembre de 2017 los magistrados Macario Lahor Cortez, Mirtha Camacho, Osvaldo Valencia y Zenón Bacarreza, y el magistrado Ruddy Flores, “decidieron” que el presidente Evo Morales y las demás autoridades electas del país pueden ser reelectas al cargo SIN límites, el único voto en contra fue de Efrén Choque, Reflejado en la nefasta SC/084/2017. El informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) identificó como el origen de la crisis política y social en Bolivia, el incumplimiento a los resultados del referéndum.
21 de febrero de 2018. Segundo aniversario de la victoria del NO a la Re postulación. Nuevamente se produjo una masiva movilización ciudadana de las Plataformas en varios departamentos de Bolivia e incluso en algunos con un paro cívico. Los gritos de “Bolivia dijo No” interrumpieron el discurso presidencial por el aniversario de Bolivia 6 de agosto en Potosí y en la entrega de obras o eventos públicos.
Este 21 de febrero de 2024 se cumplen 8 años desde que las y los bolivianos votamos en el referéndum constitucional en el que se le dijo “No” a la reelección de Evo Morales. Una lucha inclaudicable que se consolidó como un clamor ciudadano en defensa del voto democrático del soberano y la alternancia en el poder. El 21F de 2016, marca la consolidación de un país fracturado, herido y profundamente polarizado, cansado de las arbitrariedades, la opresión, la injusticia, el narcotráfico y la corrupción, fueron determinantes para decirle NO a un gobierno que pretendía eternizarse en el poder, con la ilegalidad, violación reiterada de la Constitución y la Ley, donde el pueblo da batalla, la defensa, las convicciones y los muertos, y el gobierno la represión, la cárcel y la impunidad.
Tras el No rotundo del 21F, el evomasismo se afanó para buscar coartadas, argumentos y trabajar para la entronización a Evo Morales, ese poder que en 14 años se había convertido en autoritarismo, luego en una autocracia y posteriormente en la dictadura perfecta, debía entrar en acción, urgente. No aceptarían tan fácilmente la decisión del soberano. Entonces era necesario convertir lo ilícito en lícito. Torcer la ley para limpiar el camino hacia la eternización en la silla. Una vez más, el “yo le meto nomás” para pretender consolidar las trampas de la ley y de la política.
Por eso es tan importante no olvidar el 21F. Porque significa una jurisprudencia, un salvoconducto que nos hace dar cuenta que la democracia y las libertades son los sistemas más eficaces para hacerle contrapeso al poder político y a la autocracia que según Kelsen, señala que “en la autocracia el caudillo es responsable (hay contradicción entre la teoría y la realidad y que en cambio en la democracia el gobernante es responsable jurídicamente (hay una plena concordancia entre la teoría y la realidad)”.
El voto histórico del 21F que le dijo “No” a la fractura democrática con la reelección de Evo Morales, debe ser la luz que nos guíe hacia la vigilia permanente y que reivindique la voluntad del pueblo y el poder que tiene, frente a las acciones inconstitucionales de cualquier gobernante que pretenda perpetuarse en el poder