Alertan actividad de laboratorios biológicos de EEUU en Georgia, región del Cáucaso

Nuevamente se encienden alarmas en el Mar Negro, con las denuncias de actividad biológica militar en Tiflis, la capital de Georgia, por parte de Estados Unidos. Analistas consideran que no es un hecho aislado y que existen cerca de 25 países fuera de América en los que se desarrollan estos experimentos.

La construcción de un vanguardista centro con más de 350 millones de dólares por parte de EEUU comenzó en 2004, con la firma de un contrato de cooperación para prevenir la propagación de virus patógenos. Las autoridades rusas han insistido en repetidas ocasiones en que el centro está desarrollando armas biológicas y que EEUU está llevando a cabo experimentos relacionados con instalaciones de guerra biológica, pero el país del norte niega la cuestión.

Las denuncias no son nuevas. El Ministerio de Defensa de Rusia anunció en un comunicado, a principios de 2020, que el Pentágono había establecido un laboratorio biológico al lado de ese país, en el Cáucaso de Georgia, y que aquello suponía una amenaza para Moscú y Pekín.

En 2013 el entonces embajador de EEUU en Georgia, Richard Norland, confirmaba la actividad, y aseguraba que toda denuncia estaba abierta a la fiscalización internacional. “EEUU y Georgia han declarado más de una vez que es un laboratorio transparente y abierto para investigadores, incluidos los de Rusia”.

Los laboratorios biológicos estadounidenses en el Cáucaso y Asia central no se limitan a Georgia sino que también existen en Armenia, Uzbekistán y Kazajistán, reportan portales web.

En 2008, el Pentágono comenzó a invertir en la creación de laboratorios biológicos en Armenia, sobre esta base se han creado 12 laboratorios biológicos en el marco del Programa de Defensa Biológica de EEUU, según funcionarios armenios, todos construidos con fines médicos y están bajo el control del gobierno armenio.

El mapa, sin embargo, es más amplio, según una reciente investigación de la periodista búlgara Dilyana Gaytandzhieva, que identificó 25 países donde se estarían fabricando armas biológicas.

Esos países son: Senegal, Guinea, Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil, Camerún, Uganda, Kenia, Tanzania y Sudáfrica en el continente africano.

Además de Georgia, también existirían bases en Ucrania, Jordania, Irak, Azerbaiyán, Uzbekistán, Kazajistán, Afganistán y Paquistán entre Europa y Asia. Finalmente, se identificaron laboratorios en el sur asiático en Laos, Tailandia, Vietnam, Camboya, Malasia y Filipinas.

Para el analista internacional chileno Pablo Jofre Leal, estas acciones van contra las disposiciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que ha señalado “los esfuerzos largamente sostenidos para eliminar estas armas de destrucción masiva en todo el planeta tuvieron su expresión documental mediante la llamada Convención sobre Armas Biológicas firmada el año 1972 en el cual se prohíbe expresamente el desarrollo, la producción, la adquisición, la transferencia, el almacenamiento y el empleo de armas biológicas y tóxicas”.

“La producción de este tipo de armas incluye algunas consideradas armas biológica étnicas dirigidas a grupos específicos de la población. Un informe presentado en agosto del 2019 del Centro para el Estudio del Riesgo Existencial de la Universidad de Cambridge en Inglaterra señalaba que se estaba trabajando en armas biológicas armadas con inteligencia artificial y manipulación genética, que tendrían el poder de atacar un ADN específico y potencialmente eliminar ciertos grupos humanos, en específico, sin afectar a otros, ello en función de su perfil genómico”, expuso Jofre, citado en Telesur.

“En apariencia los fines son aparentemente loables, positivos, gozan incluso de la simpatía de cierta parte de la población y del cuerpo de gobierno peor la nebulosa que cubre los objetivos últimos de estas investigaciones teje un manto de duda. Proyectos que no se publican y mantienen la condición de reservados”, agrega el escritor.

El tema cobra relevancia en el contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania, próximo a cumplir dos años, pues Jofre recuerda que tanto EEUU como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), ya tuvieron acercamientos con Vladimir Zelensky en 2022 cuando Moscú buscaba la existencia de decenas de laboratorios de investigación para la producción de armas biológicas en Kiev y otras ciudades ucranianas.

“Pero no sólo en Ucrania existe esa investigación que amenaza a nuestra humanidad, sino también en otros países europeos, incluyendo el continente africano y Latinoamérica.

Laboratorios biológicos de Estados Unidos, según señalé en un artículo escrito en marzo del año 2022, repartidos por el mundo y que representan una amenaza para la humanidad. Pues, lo ahí desarrollado puede generar una hecatombe contra la vida en nuestro planeta”.

//FUENTE: TELESUR/ HISPANTV/AGENCIAS//