–
La Fundación Jubileo, en el análisis del Presupuesto General del Estado 2022, concluye que los diferentes indicadores económicos muestran que el actual modelo del país no solo no funciona, sino que estaría conduciendo a la economía a un constante deterioro.
Jubileo considera que el presupuesto público se ha convertido en una “pesada carga” para el Gobierno después de desperdiciarse una gran oportunidad de bonanza económica en las gestiones pasadas, influida por el incremento del precio internacional de los hidrocarburos.
En el marco de una etapa de desaceleración económica y posterior crisis del coronavirus, que resultó en una caída del producto para 2020, este año 2022, agrega Jubileo, “el presupuesto público muestra una situación más cabal del panorama actual de las finanzas públicas y las perspectivas a futuro”.
Después de la disminución de ingresos de los últimos años, “las finanzas públicas en el país se han estancado en una situación con recursos limitados, sin mayor perspectiva de una verdadera recuperación, y con altos gastos corrientes”, asegura la Fundación.
El sector público y sus obligaciones ha crecido notablemente durante más de 15 años, de acuerdo a información del Presupuesto General del Estado.
Al efecto, señala Jubileo, se ha presentado un prolongado y profundo déficit fiscal, y constante endeudamiento. “Esta situación no es una coyuntura de la pandemia, sino, se trata del resultado de políticas de varios años y de un deterioro persistente”, apunta.
Por otro lado, dice, si bien para 2022 se plantea un gran incremento de la inversión a niveles similares al periodo de la bonanza, en el actual contexto deficitario, en que todos los niveles de gobierno afrontan limitaciones de recursos, “queda en cuestión este planteamiento”.
La Fundación Jubileo señala que el país ha transitado de un periodo de bonanza –en que los grandes recursos de la renta extractiva significaban la gran oportunidad de que, a través de la acción del Estado, se hubiera podido impulsar un desarrollo económico/productivo- hacia una situación en la que un crecido sector público (que incluye empresas), con altos gastos, “significa una pesada carga difícil de afrontar, resultando en un acelerado incremento de la deuda”.
La deuda externa de Bolivia a julio de 2021 fue de 12.589 millones de dólares, el más elevado desde el inicio del gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), con acreedores bilaterales y multilaterales y bonos soberanos.
“Esto, sumado a otros factores, conlleva un deterioro de la situación económica en general y pone en riesgo la estabilidad”, enfatiza Jubileo y agrega que “la información del presupuesto y de diferentes indicadores económicos pone de manifiesto que las actuales políticas, prevalecientes desde hace más de una década –es decir, el actual modelo- no solamente no funciona, sino que estaría conduciendo a la economía a un constante deterioro”.
“El país está en un contexto en que no solo el presupuesto, sino la propia situación económica en general, dependen del acceso a endeudamiento y, lastimosamente, no es para impulsar el desarrollo, sino para contener la frágil estabilidad”, remarca la Fundación.
Jubileo afirma que se hace necesario reconducir las finanzas públicas hacia una situación sostenible, preservar la estabilidad y reactivar la economía, “para lo cual se requieren políticas distintas, a partir de una reflexión sobre la responsabilidad que tienen las actuales autoridades y un sinceramiento de la verdadera situación económica del país”.
//FUENTE: ANF//