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ESTEBAN BURGOA
Con las recientes elecciones en nuestra fronteriza República de Argentina, las miradas de los liberales se tornaron hacia el sur, con un halo de esperanza, pues lo imposible se había hecho realidad, un gobierno liberal se alzaba en la región.
Luego de varias semanas de algarabía y júbilo por un hecho que se considera una alegría no solo para los argentinos, pues también representa la posibilidad de un viraje en el camino de las demás naciones sudamericanas, llega el momento de ponernos sobrios y volver de nuevo a nuestra prioridad, el destino de Bolivia.
Con seguridad el acontecer de los hechos en la nación del río de la plata afectará de manera tanto positiva o negativa la recepción de las ideas de la libertad, lo cual influirá en el florecer de estas ideas en el resto de nuestras naciones y también en la nuestra, mas, es preciso que no desviemos la mirada a nuestra realidad.
Las perspectivas económicas del país son deplorables y la crisis política y legal que acusa nuestra nación precisa de la más alta atención, tanto como para participar en el debate público como para brindar opciones y propuestas factibles según nuestro contexto.
Por otro lado, es necesario evaluar nuestra realidad existencial, nuestro sujeto histórico y plasmar luego de una correcta evaluación de lo que es Bolivia, un proyecto de país coherente con nuestras diferentes personalidades y realidades, el cual sea capaz de aglutinar al conjunto de la población, para que las ideas sean asumidas y apropiadas por nuestro compatriotas con miras a lograr un proyecto de largo plazo, sostenible y consecuente, para por fin llevar al país hacia un desarrollo real con oportunidades para todos.
Es preciso ahora más que nunca, que con fuerzas renovadas y una mayor esperanza, asumir los retos de un proyecto liberal para Bolivia, pues es preciso ser consientes que en el caso de que la posibilidad se nos presente, debemos estar a la altura de las circunstancias y para ello la preparación será larga y minuciosa, exigente de una disciplina férrea, pues cuando llegue el tren solo tendremos una oportunidad para hacer las cosas bien y no debemos desaprovecharla.
No seamos victimas ni repetidores de las historia, ya que cuando no se esta preparado suceden hechos lamentables como en el 2019, sorprendamos a la historia y no al contrario que no sea esta quien nos sorprenda.