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LUIS ANTEZANA
La guerra entre Bolivia y Paraguay, ocurrida hace 91 años, ha sido y es objeto de permanente interés en la bibliografía de estas dos naciones. En Bolivia se han escrito unos mil textos, entre folletos y libros, en los cuales se detalla aspectos concretos de tipo militar y político del desarrollo del conflicto, aunque se puede señalar que la mayoría de ellos se limita a hacer referencias específicas y pocos al análisis de ese acontecimiento universal.
Desde entonces, se han estado publicando hasta tres textos al año como promedio anual, y esa corriente no se ha detenido, sino más bien constituye un hecho creciente. En efecto, en lo que transcurre del presente año, se han publicado hasta cuatro libros sobre ese suceso bélico. Uno de ellos ha sido escrito por el historiador Jorge Abastoflor Frey, miembro de número de la Academia Boliviana de Historia Militar.
La mayor parte de la literatura chaqueña se caracteriza por describir batallas, combates, repliegues, etc., inclusive recuerdos anecdóticos y otros episodios de la guerra y no así, salvo contadas excepciones, estudios de análisis lógico-histórico, como militar. Han primado en escritos literarios que han mantenido esa corriente positivista y aun argumentos para salvar responsabilidades.
Pero, Jorge Abastoflor ha puesto en circulación un novedoso libro titulado “Días de victoria”, en el cual no sólo se limita a hacer referencias específicas, sino a analizar el episodio chaqueño en algunos aspectos, saliendo en esa forma de la tradicional corriente literaria conservadora hasta ahora existente. Es más, el autor del libro avanza y se refiere con más profundidad a la brillante e ignorada última etapa de la Guerra del Chaco, que no aparece en forma concreta en ningún libro al respecto, y conocido como la etapa posterior de la Batalla de Villa Montes.
El autor empieza señalando que, a mediados del siglo pasado, apareció una corriente partidaria que buscó desconocer esa última etapa del enfrentamiento y, en cambio, sobreestimar la etapa de Villa Montes y, además, ¡considerarla como si hubiese sido la última fase!, lo cual califica como “¡lo más indigno que se trató de hacer para estigmatizar la Guerra como una supuesta derrota!”.
Enseguida, agrega que “ha desaparecido casi por completo, hasta el punto de exaltarse a la defensa de Villa Montes como si fuese una sola batalla… cuando en realidad esa defensa sólo fue el inicio de la última fase de la Guerra”.
Confirmando esa conclusión, Abastoflor remarca que “Este inconfesable crimen de lesa historia hizo desaparecer de la conciencia colectiva del pueblo boliviano las magníficas victorias de Ñancorainza, Caigua, Picada Tunari, Abra de Ururigua, Boyuibe, Carandaití, Taiguatí, Charagua, Parapetí y Huirapitindi. Todos esos nombres ya sólo existen en obscuros y empequeñecidos pasajes de los defensores olvidados”.
Hay un aspecto que es necesario señalar: una nueva generación de escritores está sustituyendo a la generación del siglo pasado que se caracteriza por su visión positivista de la historia, por tomar la parte por el todo y extraviarse en detalles de mínima cuantía y, además, dentro de esa escuela, –salvo excepciones– detalles menores y, al mismo tiempo, no tomar en cuenta las deducciones, abandonando así los procedimientos de las generalizaciones y abstracciones, condiciones sustanciales para estudiar y conocer los grandes sucesos históricos.
En ese sentido, Jorge Abastoflor lleva la iniciativa, junto con otros historiadores e historiadoras jóvenes, que desde hace tiempo han hecho importantes avances en esta materia, pero que, pese a su innegable valor, continúan desplazados por la literatura histórica conservadora y empírico-positivista que sigue dominando en nuestro medio, al amparo de corrientes políticas tradicionales.
El libro de Jorge Abastoflor Frey, “Días de Victoria. Memorias de la Guerra”, está editado por Amigos del Libro e impreso en Etreus Impresores S.R.L., con 252 páginas y contiene gráficos.
