ESTEBAN BURGOA

En democracia, el rol que juegan las diferentes instituciones referidas a ella, son las variables que determinan la fortaleza y debilidad de la misma, el marco de normas que las rigen, su comportamiento y la confianza que las mismas inspiran a la población son, sin duda alguna, el origen de la certidumbre de que los gobernantes son legítimos y de que su poder no irá en desmedro de los individuos.

En este corto artículo haré mención de un conjunto de instituciones, las cuales suelen ser las más débiles en la democracia boliviana, los partidos políticos, piezas centrales del modelo electoral presente en nuestro país y en las diferentes democracias del mundo.

Los partidos políticos, son los medios por los cuales, se ponen cada cierto tiempo sobre la palestra las diferentes opciones de gobierno posibles para una nación, cada uno de ellos representa, o al menos deberían, una idea o modelo de país, misma que esta representada por los liderazgos y cuadros dentro de cada partido, los cuales son, o deberían (a riesgo de ser redundante), la expresión de los principios de cada institución y el pensamiento de sus miembros.

Bajo esta premisa, es fácil inferir la razón de la debilidad de los partidos políticos como instituciones dentro de la democracia boliviana, puesto que, a diferencia del ideario, estos no representan ideas o modelos de país, sino, son medios por donde hombres hambrientos de poder, crean y se sirven de las mismas, para alcanzar el fin último de ostentar el mando y tener a su alcance los bienes del estado.

En las democracias fuertes del mundo, los partidos son instituciones que trascienden en el tiempo, sobreviven a los cambios de liderazgos, puesto que la base de las mismas, son las ideas, y a diferencia de los hombres, estas sobreviven y evolucionan en el transcurso de las épocas, son pilares de los sistemas democráticos de sus naciones, puesto que al ser tan sólidas son bastiones del orden institucional de cada país.

En el caso boliviano, los partidos, como ya mencione, solo son medios para llegar al poder, y su existencia depende la popularidad y/o vitalidad del caudillo de turno, una vez el mismo queda obsoleto, lo partidos decaen y terminan desapareciendo o en el mejor de los casos, subsisten pero pasan a ser irrelevantes, como el MNR, esta es una gran falencia de la democracias boliviana, puesto que los partidos políticos en lugar de ser una un punto de apoyo, se vuelven una de las grandes vulnerabilidades de nuestro sistema, fiel reflejo de nuestra incapacidad por comenzar procesos de largo plazo para consolidar una idea de estado para Bolivia.

Es por ello, que se debe abogar por una democracia apoyada en partidos políticos institucionalizados, basados en ideas, y dejar de lado, la cultura caudillista que caracteriza a nuestro sistema, olvidar la idea del líder mesiánico y dar un paso sólido a una democracia consolidada.

Hago un llamamiento a todos aquellos que forman parte de diferentes proyectos políticos, sin importar sus ideas e ideologías a que consoliden los mismos en la base de sus ideas para que construyan sus partidos políticos como instituciones a prueba del tiempo, y aprovecho, para enfatizar este mensaje a mis correligionarios, miembros del Partido Liberal de Bolivia, a ser ejemplo de un partido basado en una idea: la Libertad.

ESTEBAN EDUARDO BURGOA CARDOZO
Director Ejecutivo Generación Bicentenario
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21