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CARLOS MANUEL LEDEZMA
Cuentan las crónicas del 23 de febrero de 1455 que, en la pequeña ciudad de Mainz, Alemania, finalizaba la impresión del incunable más importante de la historia humana. La Biblia de 42 líneas, conocida también como la Biblia de Gutenberg o Biblia de Mazarino, se convertía en el primer libro impreso en Europa, marcando un antes y un después en el arte de la producción de libros y la comunicación, a la par del periodo de transición entre la Edad Media y el mundo renacentista.
Pocos son los inventos que han transformado la historia de la humanidad, la imprenta lo es y, debido a ello, los primeros trabajos fueron conocidos por el nombre de <<incunables>>, al ser considerado como la cuna de una nueva tecnología que cambiaría para siempre la manera en que los hombres adquirirían conocimiento y saber a lo largo y ancho del globo.
La historia moderna sería inconcebible sin la invención de la imprenta que se produjo a mediados del siglo XV. Johannes Gutenberg, considerado su inventor, fue quien perfeccionó la imprenta de tipos móviles que se había desarrollado en China algunos siglos antes. El invento chino carecía de valor debido a los tipos de madera que usaban, los mismos que tenían problema para adaptarse a su escritura, además de que se desgastaban fácilmente, por lo que el invento oriental fue intrascendente.
Cuando apareció Gutenberg, comenzó a desarrollar tipos móviles con materiales más resistentes. Creó unos tipos móviles de plomo, antimonio y de estaño, construyendo una prensa similar a la que empleaban los romanos para producir el vino. Hasta ese instante, la única manera de producción de libros resultaba ser la manuscrita, siguiendo un proceso moroso que se hacía por medio de escribanos mayoritariamente pertenecientes a monasterios y posteriormente, las universidades se dieron a la tarea de reproducir textos en talleres de copistas que hacían un trabajo más industrial.
El inventó generó grandes expectativas de convertirse en un éxito comercial y económico, lo que se tradujo para Gutenberg en una suerte de pleitos legales. Jhoann Fust, un adinerado comerciante de Núremberg, había prestado a Gutenberg 1.100 florines para la fabricación de libros, exigiendo ante los tribunales la devolución del dinero, acusando que esos recursos se habían empleado en otras cosas y no así en lo acordado. De esta manera Fust, logró quedarse con una buena parte de la imprenta de Gutenberg que se vio obligado a regresar a Maguncia, donde comenzó una vez más con su empeño de “impresor de libros”.
A finales de octubre de 1462, Maguncia fue atacada por el príncipe Adolfo II de Nassau y sus tropas, quienes se dieron a la tarea de saquear la ciudad. Muchos de los artesanos, comerciantes e impresores, abandonaron Maguncia, emigrando a otras regiones alrededor de Europa y extendiendo su labor que cada vez comenzaba a ser más requerida.
La imprenta permitió que se desbordase la fuente del conocimiento, dejando que la gente beba de sus aguas. El invento de Johannes Gutenberg tuvo y tiene a día de hoy repercusiones culturales sin precedentes. A partir de ella, las sociedades comenzaron a experimentar cambios significativos que influenciaron en aspectos políticos, militares, económicos, sociales, culturales, religiosos y en muchos otros ámbitos en los que comenzó a despertarse el pensamiento crítico, espontaneo y fundamentalmente libre.
La imprenta influyó en la expansión de la educación, permitiendo la alfabetización de las personas. Disponer de libros impresos logró que el acceso a la información sea mucho mayor, fomentando el interés por la lectura y la educación, formando sociedades más cultas y ávidas por descubrir mundos nuevos. La producción más eficiente de libros, permitió además tener un impacto significativo en la estandarización de la escritura, estableciendo reglas de ortografía y gramática uniformes, sentando las bases para el desarrollo de las distintas lenguas europeas.
El libro impreso tiene una prevalencia de 568 años, sirviendo para que la ciencia y el conocimiento se extiendan alrededor de todo el planeta, posterior a ello, comenzaron a emerger los medios de comunicación de forma masiva que se han ido transformando y perfeccionando progresivamente. En las últimas décadas y debido a los avances tecnológicos, se tiene algunos libros en versión digital. Los libros electrónicos constituyen una nueva variante en la evolución de la comunicación y de acceso a la información.
Algunas organizaciones se han dado a la tarea de digitalizar obras literarias de dominio público, creando portales y páginas web a través de las cuales los individuos pueden acceder libremente y descargar su contenido, por lo que no existe motivo alguno para no “leer un libro y poder sentirse libre”. Se trate de un ejemplar impreso o digital, el libro es un noble amigo que fortalece, purifica, recrea, eleva intelectualmente, agilizando las capacidades y talentos del lector, permitiéndole cuestionarse acerca de todo lo existente y motivándolo a buscar respuestas, despertando la imaginación y desafiando sus propios pensamientos. Un libro libera, transmite entre sus letras pensamientos, sentimientos, conocimientos, ideas, espíritu y alma de quién regala al lector, un viaje a través del tiempo y del universo.