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Bolivia con 10 puntos, se ubica como el país con mayor riesgo para la banca, según un informe de S&P Global, agencia de calificación de riesgo estadounidense en servicios financieros. En este escenario también se suman Argentina (9) y Paraguay (8). Mientras Chile, con tres puntos es la nación con menor riesgo para la industria bancaria.
En el caso boliviano, la agencia que publica informes sobre investigación financiera y análisis de acciones y bonos, hace notar que las consecuencias de la pandemia y los créditos exigidos por el Gobierno aumentan los riesgos crediticios.
Entre sus conclusiones principales para sostener que el país es el más riesgoso para la actividad bancaria, S&P Global detalla que las condiciones macroeconómicas inestables pesan sobre la calidad de activos.
“Los cierres derivados de la pandemia en 2020 y 2021 aumentaron los riesgos en el sistema financiero al aumentar las pérdidas crediticias y presionar la rentabilidad y el capital. Además, aunque el sistema bancario ha reducido su exposición a los créditos y depósitos denominados en dólares en los últimos años, todavía consideramos que el deterioro de las condiciones externas del país podría debilitar la industria financiera local”, observan.
El otro factor negativo es que el otorgamiento dirigido del crédito reduce las utilidades. “Es probable que el otorgamiento de crédito exigido por el Gobierno intensifique la competencia y reduzca los márgenes entre los bancos locales. Esto se debe a que la ley regula el techo de las tasas sobre los créditos y requiere que los bancos cumplan con cuotas mínimas de créditos dirigidas a los compradores de vivienda de interés social y a los sectores productivos, como agricultura, minería, manufactura y turismo”, destaca Standard.
Mauricio Ríos García, analista financiero, explicó que cuando se afirma que “el financiamiento dirigido por el Gobierno seguirá presionando la rentabilidad de la industria bancaria”, en realidad está diciendo que las tasas de interés siguen siendo demasiado bajas, que por mucho que trate de mantenerlas en los niveles más bajos posibles la gente no acude a los bancos porque ya está sobreendeudada o no encuentra trabajo estable, mucho menos en el sector formal.
“Además, que el Gobierno está forzando la dirección del crédito hacia sectores donde el financiamiento probablemente no es tan necesario como en aquellos de los que está restando esos recursos al mismo tiempo (lo que da a unos necesariamente quita a otros). Todo esto está distorsionando los incentivos del público para emprender o invertir, además que está distorsionando el sector real de la economía mandando las señales equivocadas respecto de las verdaderas condiciones de financiamiento del país en un entorno de escasez de dólares y gravísimas restricciones a los depósitos bancarios en esa divisa extranjera”, puntualizó Ríos que pidió a las personas estar atentas con sus finanzas.
EL DEBER envió el informe de S&P a la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) y al Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, pero hasta el cierre de esta edición no contestaron a las consultas.