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La presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, Amparo Carvajal, pidió este lunes al presidente del Estado, Luis Arce, a cumplir el acuerdo al que arribaron a través del cónsul de España para que levante su vigilia.
“La promesa estaba con el señor Presidente y la señora ministra (de la Presidencia) María Nela Prada. Yo he salido y quedaron que esa misma noche el presidente me llamaría y el cónsul, el señor Guillermo Gil me dejó en mi casa”, declaró Carvajal.
Dijo que uno de los compromisos era la devolución del edificio, es decir que “ellos iban a reponer a los auténticos dueños esa casa. Que no se lo iban a dar a este señor que es un avasallador”, detalló en relación a Edgar Salazar que creó una paralela a la entidad defensora de derechos.
En una carta que dejó en ventanilla única de la Casa Grande del Pueblo, Carvajal le dice al jefe de Estado: “apelo a su apoyo con la misma predisposición con la que acepté dejar la vigilia a pedido suyo, para lograr la pronta y efectiva devolución de la Casa de los Derechos Humanos”.
Asimismo, señala que el inventario realizado por un notario público demuestra el “mal comportamiento de quienes estuvieron bajo su ‘cuidado’ durante el tiempo de duró su estadía luego de su toma violenta”.
Carvajal junto a un grupo de activistas realizó más de 50 días de vigilia para recuperar la sede de la APDHB, de los cuales 12 estuvo en la terraza prácticamente a la intemperie, cobijada con una carpa de plástico.
Tras todo ese tiempo, fue el cónsul español que medio para que la octogenaria defensora de los derechos humanos abandone su vigilia.