JUAN JOSÉ AYAVIRI
La crisis municipal cochabambina, provocada por traición de dos tránsfugas contra el bombón Reyes Villa terminó con la sublevación de un concejal del MAS contra la dictadura del miedo del jefismo.
Como lo escucha: La crisis municipal del pasado mes en el Concejo Municipal de Cochabamba no fue sólo otra repetitiva secuela de la acostumbrada disputa por el poder local entre facciones políticas, no. Detrás hubo traición, transfugio y aprestos desestabilizadores.
La holgada diferencia de votos con la que Reyes Villa llegó a la alcaldía le dieron siete concejales, una mayoría cómoda y una gobernabilidad aparentemente sólida, que fue puesta en riesgo por el transfugio de dos concejalas electas bajo su sigla.
Irónicamente, el revés desleal de las concejalas de Sumaté fue extinguido por el desmarque de otro concejal, Joel Flores del MAS, que se desentendió de la conjura instruida por la dictadura interna de la facción evista revelando que las tránsfugas y el jefismo operaban un ardid para derrocar al alcalde electo por mayoría absoluta y sustituirlo por la concejal que llegó al concejo como séptima y última en la lista de dicho alcalde.
Sin embargo, en la dinamicidad y la volátil caducidad de las agendas mediáticas, lo hasta aquí dicho ya es dato histórico. Lo relevante es ¿qué preguntas pendientes de respondernos nos deja esta crisis municipal? Hay una enseñanza, una experiencia después de cada conflicto y definitivamente la llamada Crisis de las Tránsfugas nos deja varias.
La primera cuestión a respondernos es si el alcance de la “alianza estratégica” entre evistas y samuelistas, ¿fue sólo para intentar tumbar al alcalde de Cochabamba y colocar a una de las concejalas tránsfugas como alcaldesa o también pactaron el intento evista de desestabilización del gobierno de Arce?
Porque detrás del discurso seudo-ingenuo de “sólo queremos fiscalizar” queda claro que se habían pactado voltear autoridades y tomar cargos, falta saber si el refrito de “opositores” de la era de Arturo Murillo sólo están implicados en lo municipal o también en el golpe nacional que planeaba Morales contra su gobierno.
La segunda interrogante es, ¿está el gobierno consciente de que existen legisladores en ejercicio de la representación por el MAS, implicados en facilitar un golpe municipal cuyo efecto final era tomar una plaza desde donde debilitar a Arce?
El transfugio y la traición a Manfred tuvieron facilitadores dentro la Asamblea Departamental y la Gobernación del MAS, que trabajaron en un plan de Evo para debilitar al gobierno de Arce y tomar una región estratégica en términos militares, desde donde se puede bloquearle el país a cualquier gobierno.
La tercera cuestión es: En el balance general, la exposición infraganti de la vocal Zulma Montaño y el magistrado Esteban Miranda como operadores del expresidente Evo Morales, ¿qué nos dice de la probidad de los operadores de justicia y de la verdadera intención de los juicios armados contra el alcalde Reyes Villa durante los quince años del evismo?
Que el éxito del relanzamiento de la Feria Internacional de Cochabamba y la emblemática gestión municipal en Cochabamba no nos sustraigan de una ineludible reflexión sobre los incansables afanes de Evo Morales por volver al poder.
JUAN JOSÉ AYAVIRI VÁSQUEZ
Sociólogo, Investigador Social, Director en GAMC
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21