RODOLFO FAGGIONI

En el centro de Italia, precisamente en la Región Toscana, existen pequeños pueblos medioevales que hacen revivivir el esplendor de la civilización etrusca. Una población misteriosa que se ha desarrollado en la península en un tiempo que abarca el espacio que va del siglo III a.C. hasta nuestros días.

Se desconoce tanto su origen como su lengua, y se tiene muchas dudas sobre su organización política. Al parecer su poder estuvo determinado por la explotación de los recursos minerales y el cultivo de las tierras ricas y fértiles, que les permitieron tener una intensa vida comercial.

Su nombre en la versión latina proviene del nombre griego Tysernia y todos los intentos para identificar sus origenes han sido poco concluyentes. Existen muchas especulaciones sobre este tema. Algunos historiadores suponen que provenían de Lidia, una antigua región del Asia Menor.

Descubrimientos arqueológicos han hecho conocer los primeros asentamientos donde se han encontrado nuevos tipos de sepulcros. Desde tiempos inmemoriables, este enigmático pueblo estuvo dominado por una sociedad de alta aristocracia que ejerció un estricto poder militar, económico y religioso. En el período de su mayor poder, poseían una fuerza militar impresionante.

A lo largo del Valle Flora, se formó la toba vulcánica, principal característica geológica de ésta región que ha marcado el paisaje de todo este poblado en profundas gargantas rocosas y comarcas construídas enteramente en negro torba, aferrándose a las paredes escarpadas.

Importantes asentamientos etruscos nacieron en ese período en pocos kilómetros como Sorano, Sovana, Vitozza y Pitigliano. La pequeña localidad de Sorano que conserva el encanto medioeval, sobrevivió a la conquista romana para luego pasar a formar parte de las posesiones de la familia Aldobrandeschi. Impresiona su posición geográfica con una fabulosa vista al Valle del río Lenta y una magnífica quebrada boscosa.

En sus alrededores se encuentra una necrópoli etrusca que resulta ser una de las más importantes de Italia. Su origen se remota al período de mayor resplendor de la civilización etrusca, entre los siglos VII y III a.C. En esta necrópolis se concentran numerosos asentamientos excavados en la toba. Habitaciones, una cantidad increíble de tumbas, columbarios, galerías, cunículos, cavernas y sepulcros esculpidos en las paredes verticales de los valles fluviales. Significativas son las doscientas grutas al interior del parque arqueológico. La Via Cava es una ruta etrusca enclavada en la roca que tiene una profundidad de 25 metros. Cuál es la razón que ha llevado a los etruscos a cavar kilómetros de estas rutas es un misterio. Algunos arqueólogos piensan que su función fuese religiosa y donde se celebraban rituales.

Una de las más impresionantes es la Cava de Sovana que se encuentra junto a Sorano y Vitozza en el triángulo de la “Reserva Arqueológica de las ciudades de Toba Vulcánica” es una maravillosa localidad medioeval que conserva su ancestral característica arquitectónica.  Gran parte de sus edificios han sido creados en la Edad Media con un Castillo-Fortaleza que es la principal atracción y el encanto del pueblo y por esa callejuelas pavimentadas en piedra y rodeadas de un silencio irreal.

Su riqueza arqueológica es impresionante y es famosa por poseer las más bellas tumbas etruscas. Su necrópolis con tumbas majetuosas excavadas en la roca son de una belleza única. La más importante es la “Tumba Hildebranda”, se trata del mayor mausoleo jamás encontrado. En su orígen estaba compuesto por doce columnas y una doble escalinata para acceder al interior del templo donde se encontraba la  cámara funeraria, una maravilla arquitectónca incrustada literalmente en medio a la naturaleza.

Importanates son tambien la “Tumba de la Sirena” (siglos del III al II a.C.), la “Tumba del Sileno” (siglo II a.C.) y la “Tumba Pisa (siglo III a.C.). Han pasado siglos desde que se descubrió el pueblo atrusco, y sigue siendo un misterio.

RODOLFO FAGGIONI

Periodista y Corresponsal en Italia. Miembro efectivo de Prensa Internacional

*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21