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Al cerrar 2022 surgieron columnas de opinión en diversos medios informativos para referirse al caso de William Kushner, sentenciado a 30 años de prisión por la muerte de Andrea Aramayo en agosto de 2015. Dos de esos textos coinciden en señalar que no hubo feminicidio.
William Kushner volvió al penal de San Pedro en noviembre luego de casi dos años en arresto domiciliario y otros cinco anteriores encarcelado. El breve tiempo con sus hijos y la posterior separación pudo generar un estado de depresión, al grado de haber solicitado no recibir más visitas en fin de año, ni siquiera de su madre, la reconocida representante de la cultura boliviana Ninón Dávalos.
Kushner considera que existe presión mediática sobre la justicia, sobre todo del grupo feminista Mujeres Creando, aunque no las señaló directamente, que es liderado por la caudillo María Galindo y del que forma parte Helen Álvarez, madre de la joven víctima.
La balanza mediática siempre estuvo inclinada contra el exgerente de un consultorio dental; sin embargo, los columnistas Daniela Murialdo y Agustín Echalar publicaron, de forma separada, textos que interpelan al sistema de justicia, la instrumentalización de las normas vigentes de “protección a la mujer” y, ante todo, la figura de feminicidio que la parte acusadora logró imponer para la sentencia de 30 años de cárcel.
“Nunca descifraremos qué pasó esa noche en la que Andrea perdió la vida. Pero todo apunta a que William Kushner no planificó matarla (“él trata de zafarse de la aparente discusión que se inició dentro del bar y sale corriendo”). Por las declaraciones públicas de su exesposa y de una expareja (exministra de Estado, aunque eso no le dé más fuerza a su testimonio), no se deduce que él quisiera asesinarla”, citó la abogada.
Murialdo también expuso la incongruencia de la Ley 348 Contra todo tipo de violencia a la mujer, pues establece el delito de feminicidio a la ambigüedad de que exista cualquier tipo de relación entre un hombre y una mujer y que provocase la muerte del sexo femenino.
“Lo mismo da que un hombre violento tome un cuchillo, camine diez cuadras, patee la puerta de la casa del novio de su exmujer y entre para matarla a puñaladas; que un hombre de bien esté saliendo de su garaje en retro con su automóvil sin advertir que su amada esposa está botando la basura a tres metros para terminar debajo de las ruedas y morir. Ese hombre brutal y ese cariñoso esposo terminarán en la misma celda y por los mismos treinta años”.
Echalar, a su vez, calificó al sistema de justicia del país como deleznable y remarcó que Kushner es víctima de la presión mediática, aunque no apunta directamente al grupo de Galindo, dueña de radio Deseo.
“Acusar a alguien por un delito que no cometió ya es una violencia mayor y a ella fue sometido William Kushner desde el primer momento. Cuando esta acusación es mediática y altisonante, es aún peor, porque fue condenado por una opinión pública proclive a seguir a quien grita más fuerte”.
Murialdo concluye que la muerte de Aramayo fue por atropello en estado de ebriedad, pero no se puede demostrar que haya habido dolo.
Echalar coincide y matiza los hechos: “curioso asesino el que escapa de la víctima para salir de un bar y la tiene a ella persiguiéndolo hacia la avenida, curioso arrollamiento intencional realizada con la llanta trasera de un coche”.
Kushner y Aramayo se encontraron en un pub de la zona de Sopocachi, la madrugada del 25 de agosto de 2015. Tras una discusión, el hombre sale para tomar su movilidad en compañía de dos amigas suyas, mientras la joven es retenida por un guardia de seguridad.
Aramayo se zafa y corre hacia el motorizado que estaba arrancando cuesta abajo, ella tropieza y cae al pavimento. La parte acusadora afirma que el carro “le pasó por encima” en un “acto intencional”.
Luego de estar en coma por varias horas, la joven fallece y deja a una niña en orfandad. La madre, periodista de profesión, dicta “feminicidio” apenas conoció el hecho.
La defensa alega muerte en accidente de tránsito, pero la presión del grupo Mujeres Creando logra cambiar la tipificación a feminicidio y la posterior sentencia de 30 años que se dictó contra Kushner en 2020.
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