ESTEBAN BURGOA
Antonio Gramsci fue un filósofo y teórico marxista de origen italiano, que pasó buena parte de su vida confinado a una celda por su afiliación al Partido Comunista Italiano y su rol como activista político, coincidente con la llegada al poder de Benito Mussolini y del fascismo en la primera mitad del siglo XX en Italia; aunque ambas ideologías comparten un pensamiento autoritario y colectivista, durante aquella época, protagonizaban una fuerte rivalidad, tanto en la política como en la calles de Europa, hecho que muchas veces se traducía en violencia, represión y persecución por una y otra parte.
Gramsci desarrolló la mayor parte de su obra durante su estadía en la cárcel, los denominados “Cuadernos de la cárcel”. Entre sus aportes podemos nombrar el concepto de: “Hegemonía cultural”, según el cual la “clase dominante” perpetúa su poder a través de tres factores: la educación, los medios de comunicación y la religión. Estos instrumentos son usados para legitimar su poder sobre los “oprimidos”, por lo tanto, Gramsci deduce que para lograr un verdadero cambio en las ideas preponderantes en la sociedad se debe influenciar en los elementos anteriormente mencionados.
En este sentido la propuesta de Gramsci es muy interesante, nos dice que para lograr una exitosa revolución comunista se debe influir en la educación, medios de comunicación y de ser posible incluso en la religión, inundarlas con ideas preponderantemente marxistas y me atrevo a decir que, en el caso específico de la educación en el caso boliviano, la puesta en práctica de estas ideas es totalmente exitosa.
Hace algunos años, mientras escuchaba la radio durante mi trayecto en un tradicional minibús de la ciudad de La Paz, pude escuchar la lista de partidos que se disputaban el liderazgo del Magisterio a nivel nacional, hecho que sinceramente me preocupó, puesto que las siglas mencionadas eran las siguientes: Frente Sindical Trotskista Unión Revolucionaria de Maestros, Frente de Unidad del Magisterio, el cual es de tendencia comunista, Magisterio Combativo, etc. Es fácil notar la absoluta preponderancia de ideas marxistas entre aquellos que se dedican a educar a las próximas generaciones, claramente la educación esta en manos de la izquierda.
Bajo es tema, conversando con algunos notables docentes, pensadores y escritores, evidencié su preocupación por el adoctrinamiento de nuestros niños y adolescentes en las aulas, especialmente en escuelas fiscales, puesto que son expuestos a materiales totalmente tendenciosos brindados por el gobierno de turno, lo cual es reforzado por maestros parcializados en favor de las ideas marxistas.
Con todo lo evidenciado hasta ahora y bajo la lógica “acertada” de Gramsci, de que la educación es clave al momento de establecer o cambiar las ideas base de la sociedad, podemos concluir que cualquier intento presente de insertar en Bolivia la lógica de productividad del libre mercado, propugnar las bondades de una democracia liberal bien constituida y la importancia de instituciones independientes, serán rechazadas debido a que nuestro núcleo cultural como sociedad está marcado por ideas contrarias a las mismas.
La educación universal cuando fue concebida no tenía como fin el adoctrinamiento en masa, al contrario, busca que los individuos y en este caso, nuestros niños y adolescentes tengan las herramientas para desarrollar sus ideas y el conocimiento para contrastar la inmensidad de pensamientos desarrollados a lo largo de la historia de la humanidad.
Espero que con el tiempo el Magisterio y las Normales puedan reflejar un espíritu crítico y la búsqueda objetiva de la verdad para que dejen de ser el génesis en favor del adoctrinamiento de ideologías históricamente nefastas.
ESTEBAN EDUARDO BURGOA CARDOZO
Director Ejecutivo Generación Bicentenario
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21