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Dos días después de las elecciones presidenciales, finalmente Jair Bolsonaro rompió el silencio. Contrario a lo que alegan sus detractores, dejó claro que nunca ha ido ni irá contra la Constitución.
«Siempre me han tachado de antidemocrático y, a diferencia de mis acusadores, siempre he jugado dentro de las cuatro líneas de la Constitución. Nunca he hablado de controlar o censurar los medios de comunicación y las redes sociales. Como presidente de la República y ciudadano, seguiré cumpliendo todos los mandamientos de nuestra Constitución», dijo Bolsonaro en una breve declaración.
El líder de la derecha brasileña evitó mencionar a Luiz Inácio Lula da Silva y no dijo expresamente que aceptara la derrota. Tampoco hubo referencias a un posible fraude. Su primer discurso luego del balotaje del domingo fue dirigido a sus seguidores en un tono político pero a la vez institucional. Defendió la protesta pacífica, siempre que no afecte los derechos de otros ciudadanos.
«Quiero comenzar agradeciendo a los 58 millones de brasileños que votaron por mí el 30 de octubre. Los movimientos populares actuales son el resultado de la indignación y un sentimiento de injusticia por cómo se llevó a cabo el proceso electoral. Las manifestaciones pacíficas siempre serán bienvenidas, pero nuestros métodos no pueden ser los de la izquierda, que siempre han perjudicado a la población, como la invasión de bienes, la destrucción del patrimonio y la restricción del derecho de ir y venir».
Bolsonaro destacó dominio en el Congreso
Bolsonaro también hizo énfasis en su defensa de la libertad económica, religiosa y de reunión. Asimismo, aseguró que bajo su mandato hubo plena libertad de prensa y de expresión en las redes sociales. «Es un honor ser el líder de millones de brasileños que como yo defienden la libertad económica, la libertad religiosa, la libertad de opinión, la honestidad y los colores verde y amarillo de nuestra bandera». De esta manera marcó el contrate con Lula, quien en al menos nueve ocasiones habló sobre restricciones a la prensa.
El mandatario brasileño evitó mostrarse derrotado, y para ello destacó el dominio que mantiene en el Poder Legislativo, los valores que defiende y la continuidad de un movimiento que sigue vivo. «Con nuestra robusta representación en el Congreso y nuestra fuerza de los valores: Dios, patria, familia y libertad, formamos diversos liderazgo por Brasil. Nuestros sueños siguen más vivos que nunca. Estamos por el orden y el progreso».
Manifestaciones contra el resultado
Desde la noche del domingo 30 de octubre, cuando se anunció como virtual ganador a Lula da Silva con 50,9 % de los votos frente a 49,1 % de Bolsonaro, comenzaron manifestaciones protagonizadas por camioneros y simpatizantes del presidente que cerraron carreteras en una docena de estados, impidiendo incluso el acceso al principal aeropuerto de Sao Paulo, lo que generó que varios vuelos fueran suspendidos.
La noche del lunes 31 de octubre hubo incluso una sesión extraordinaria del Supremo Tribunal Federal (STF), en la que se dispuso que la policía debía apresar a los bolsonaristas que cerraran vías. Esto no ocurrió. Hubo incluso policías que se sumaron a los manifestantes, como el caso de un oficial al que se le ve en un video que se viralizó pidiendo a las personas que se mantuvieran protestando de manera pacífica y aguardaran 72 horas hasta que el presidente se pronunciara. Finalmente lo hizo en menor tiempo.
Alexandre de Moraes, magistrado del máximo tribunal y presidente del órgano electoral, autorizó a los gobiernos estaduales a desplegar también el uso de la fuerza pública. Según la prensa brasileña hubo más de 200 vías bloqueadas en todo el país.
El plazo de 72 del que hablaba el oficial incorporado a una manifestación vencería el miércoles. Sin embargo, el presidente Jair Bolsonaro ya rompió el silencio y aclaró que no irá contra la Constitución. No reconoció de manera expresa la derrota, pero tampoco habló de fraude o el inicio de una impugnación. Se trató más bien de un discurso dirigido a sus seguidores que llevó a gran parte de la prensa a especular sobre el inicio de la transición.
//FUENTE: PANAM POST//