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Son casi nueve meses desde que se anuló la sentencia absolutoria contra el capitán de Ejército Víctor Cossío, principal sospechoso de la muerte de Zulma Vargas en 2018 en Villa Tunari y el caso no avanza, denunció la familia de la víctima.
Germán Vargas, padre de la joven abogada, manifestó al matutino La Voz de Tarija, que la falta de justicia continúa en este dramático caso, porque el Tribunal Supremo de Justicia incurre en retardación.
En 2020 se dictó absolución para el militar, que pasó unos meses en detención preventiva para luego volver a sus funciones en Chimoré. Sin embargo, la familia apeló al Ministerio Público y ese fallo fue anulado en diciembre de 2021.
“Desde el 6 de diciembre hasta el mes de abril son cuatro meses que recién le notifican al militar; el 4 de mayo ingresa un recurso de casación que ingresa este militar al Tribunal Supremo de Justicia y desde el 4 de mayo ya son otros cuatro meses que la sala penal del Tribunal no se pronuncia”, declaró Vargas.
El afligido padre señaló al tribunal de Villa Tunari como cómplice del militar, pues pese a todas las pruebas presentadas siempre favoreció al sospechoso.
“En nuestras leyes y códigos indican que son cinco días para admitir el recurso y son diez días para dictar la resolución, pero ya son cuatro meses que no pasa nada, yo pido por favor al Ministerio de Justicia, a las autoridades que por favor de una vez se pronuncien, que resuelvan este recurso de este militar que simplemente es dilatorio, él es el autor de la muerte de mi hija”, acotó.
Zulma Vargas, joven profesional de 29 años, fue secretaria del Ministerio de la Presidencia y el 20 de octubre de 2018 su cuerpo apareció en el río San Mateo, luego de un par de días de ser reportada como desaparecida. Ella y una comitiva oficial habían llegado desde La Paz al trópico para preparar la avanzada para un acto de entrega de obras del entonces mandatario Evo Morales.
Tras los actos, en la noche, la joven tarijeña junto a otras dos funcionarias de Presidencia, dos militares y un chofer compartieron bebidas y luego desapareció. Con el hallazgo de su cuerpo se informó preliminarmente de una caída y accidente; sin embargo, luego se imputó a Cossío por la figura de feminicidio, pues se encontró lesiones en el cuerpo y cabeza de la joven y contradicciones en las declaraciones del sujeto.
El cuaderno de investigaciones e informe forense reveló que la víctima murió por un golpe certero en la base del cráneo y que en sus manos y uñas se evidenció resistencia ante su agresor.
Cossío era jefe del cuerpo de seguridad de Evo Morales y según testigos el sujeto incluso usó el vehículo oficial para trasladar a Vargas al río.
Una prueba fundamental es la grabación que hizo Zulma Vargas cuando se dirigió al río con el capitán de Ejército, con quien sostuvo una relación sentimental. Ella dejó su celular grabando en video sus últimos momentos. Si bien la imagen enfoca al cielo, el micrófono logra captar algunos forcejeos, el cauce del río y a ella gritando dos veces. Finalmente, luego de ocho minutos de silencio, aparece Cossío con el rostro mojado, recoge el aparato y lo apaga.
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