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El Papa Francisco aprobó una nueva política que afecta a la economía del Vaticano y que entrará en vigor el próximo 1 de septiembre. Pero, ¿en qué consisten exactamente estos cambios?
El P. Jesús Miñambres, profesor de Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de la Santa Croce de Roma, explicó para EWTN que este nuevo documento “establece las directivas para realizar inversiones de bienes muebles”.
“En realidad no cambia nada por lo que respecta a las inversiones mismas, sino que lo que se busca es coordinar que haya una misma dirección de inversiones y que las distintas administraciones no vayan cada una por su cuenta”, explicó a continuación.
Preguntado por el tipo de inversiones realizadas, el sacerdote apuntó que, debido a que la curia no produce bienes y no vende nada, necesita financiarse.
“Hay muchas contribuciones por parte de las iglesias particulares, de los simples fieles y hay un patrimonio que se gestiona para que rinda algo y con eso se afrontan los gastos de la curia”, señaló.
“En ese patrimonio -prosiguió el sacerdote-, hay bienes inmuebles que son más famosos, digamos, que son del APSA o de Propaganda Fide, y otros bienes que son muebles que son los que ahora están más de moda, por así decir, y que rinden probablemente más que los inmuebles y que hay que gestionarlos”.
A continuación, aclaró que “el IOR, es el Instituto de Obras de Religión y el APSA es la Administración de Patrimonio de la Sede Apostólica”.
“El IOR es un instituto que nace sobre todo para que los fondos puedan estar presentes en diversas partes del mundo con facilidad y rapidez y por lo tanto hace un poco de intermediación financiera, porque tiene dinero a disposición”, explicó.
Tras esta nueva política, continuó, “el APSA ahora ha creado en el IOR una cuenta en la que irán los bienes que se quieran invertir de las distintas administraciones de la Santa Sede y esa cuenta la gestionarán ellos -el APSA-, con la supervisión del Comité para las inversiones que fue creado con la Praedicate Evangelium”.
El APSA, IOR y el Óbolo de San Pedro
Asimismo, el sacerdote español explicó la diferencia de estas entidades con el Óbolo de San Pedro, aquello que se recoge para la caridad del Papa.
“Normalmente se hace una campaña el 29 de junio, que es la fiesta de los santos Pedro y Pablo, la ‘fiesta del Papa’ por así decir. Se recoge dinero y ese dinero va al Papa, a un fondo que se llama Óbolo de San Pedro que gestiona más o menos el Papa”.
“El APSA administra todo el patrimonio y el IOR tiene una principal función que es poner a disposición de las personas y de las entidades que lo necesitan, los recursos necesarios para sacar adelante la misión de la Iglesia en distintas partes del mundo, cosa que es difícil de hacer por otros medios”, dijo.
Un cambio “Ad Experimentum”
“Esto, como es praxis habitual, se publica Ad Experimentum, para experimentar durante cinco años. Con lo cual, hasta el 2027 estará en vigor”, explicó el profesor de la Santa Croce.
Además, apuntó que “las inversiones hay todo un mundo de mucho riesgo y en el que es muy fácil hacer injusticias, y para evitar esto se hace una política que sea más o menos unívoca y que pueda ser controlada por este Comité de inversiones”.
¿Por qué ahora?
El P. Jesús indicó que “el año pasado salió una norma con la que la Secretaría de Estado dejaba de gestionar personal, digamos en propio, algunos bienes y los pasaba al APSA, y ahí ya se veía que las inversiones que habían hecho independientemente”.
“Y por eso en la Praedicate Evangelium, que es la ley sobre la curia que salió este año en marzo, aparece un nuevo organismo económico que se llama Comité para las Inversiones”.
Por último, el P. Jesús aseguró que “todo lo que sea claridad, ayuda. Con lo cual esto, un poco aclara, al menos como dirección y perspectiva”.
“Ayuda a tener claro más o menos hacia dónde se va y por tanto ayuda a la transparencia y también a la responsabilidad de quién interviene, etc”, concluyó.
//FUENTE: ACI PRENSA//
