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La creciente demanda de minerales escasos, pero fundamentales para el desarrollo tecnológico, ha despertado el interés del Gobierno boliviano, que ha dado los primeros pasos para el aprovechamiento de estos recursos, un proceso necesario, aunque retrasado respecto a los de otros países, y que tropezará con la falta de capital humano y de tecnología que aquejan a la minería estatal.
El primer movimiento para la explotación de estos minerales fue efectuado el 18 de mayo, con la modificación vía Decreto 4721 de la estructura del Ministerio de Minería y Metalurgia para incorporar el Viceministerio de Minerales Tecnológicos y Desarrollo Productivo Minero Metalúrgico, una entidad que implementará estrategias de desarrollo de la cadena productiva de minerales tecnológicos y tierras raras para su industrialización.
“Ahora vamos a ingresar a la época de los materiales y recursos tecnológicos de alta demanda en los mercados internacionales y nuevas tecnologías”, sostuvo el ministro de Minería, Ramiro Villavicencio, antes de posesionar el 29 de junio a Juan José Carvajal Huanca como viceministro de Minerales Tecnológicos.
El ministro precisó que esta decisión parte de las políticas del Gobierno nacional insertas en el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES) 2021-2025, que plantea como uno de sus ejes la profundización del proceso de industrialización de los recursos naturales en el marco de la política de sustitución de importaciones.
El nuevo viceministro Carvajal informó a la agencia estatal ABI que se trabaja en el Plan de Desarrollo de Minerales Tecnológicos y Tierras Raras de Bolivia, el cual incluye la prospección, exploración, explotación, investigación y recuperación de los minerales tecnológicos y tierras raras, para su industrialización. Todo en el marco del respeto al medioambiente y los intereses del pueblo boliviano.
Para Héctor Córdova, exviceministro de Desarrollo Productivo Minero Metalúrgico y ex presidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), estos primeros pasos dados por el Ejecutivo deben estar acompañados de la formación de recursos humanos, de la obtención de tecnología y financiamiento, y de una planificación estratégica “que nos muestre a dónde queremos llegar y qué pasos concretos se deben dar” para ello, para que “no nos ocurra como en el caso del litio”.
El investigador en temas mineros del Centro de Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), Alfredo Zaconeta, expresó por su lado que Bolivia tiene “un rezago enorme” con respecto a los avances que realizan otros países con potenciales reservas de recursos raros.
“No tenemos la normativa jurídica adecuada que guíe cualquier plan serio para el aprovechamiento específico de estos minerales, no tenemos los recursos humanos y carecemos de la tecnología”, dijo.
Un ejemplo de estas carencias, detalló, es la Comibol, que por su “ineficiencia” no ha sido capaz de concretar avances significativos en la industrialización del litio —cuando el trabajo estuvo a su cargo—, en la exploración minera del país y en la instalación de las refinerías de zinc, un proyecto que se arrastra desde hace 12 años.
“Si no superamos estas limitaciones de carácter técnico, humano y político, esto seguirá siendo un discurso”, remarcó Zaconeta.
Este medio solicitó al Ministerio de Minería y Metalurgia información sobre la estrategia de aprovechamiento de estos recursos, pero no recibió respuesta hasta el cierre de esta edición.
La decisión de la administración de Luis Arce para aprovechar los minerales tecnológicos precede a una pugna global por las tierras raras, un grupo de 17 minerales escasos en el mundo que hoy se utilizan para la fabricación de motores eléctricos, baterías, células de combustible, altavoces, equipamiento médico, radares, pantallas de plasma y LED, láseres, microprocesadores, antenas de celulares e incluso armamento.
En Bolivia ya se identificaron al menos 11 áreas prospectivas y depósitos de minerales estratégicos en La Paz, Oruro, Potosí, Santa Cruz y Tarija, las cuales además de tierras raras contienen uranio, titanio, niobio, cobalto, molibdeno, torio, níquel, platino, paladio, indio y galio, entre otros, de acuerdo con información del Ministerio de Minería y Metalurgia.
//FUENTE: EL DEBER//